Las portadas de hoy son los primeros combates de la guerra mediática por los indultos, sobre los indultos o de los indultos. La causa son las declaraciones del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, en Bruselas: que quiere indultar a los presos políticos porque él es más de "la convivencia" y "el diálogo" que de "las fracturas", "la venganza" y "la revancha". Además, esas cosas tan feas ("fracturas", "venganza" y "revancha") no son de la Constitución, como queriendo decir que no le pertenecen y venga va, daos un abrazo y no os peleéis más, como hacen las madres cuando los hermanos discuten. Es curioso que Sánchez tenga que decir estas cosas fuera de su país, a 1.316,49 kilómetros de Madrid, que es la plaza donde se le tiene que escuchar. Aun es más curioso que eso de la convivencia, la revancha y etcétera se le ocurra ahora y no en octubre de 2017 y siguientes, cuando el gobierno español de entonces —tan gobierno y tan español como el suyo— judicializó el llamado "conflicto catalán (o español)" con su concurso. Y hasta hoy.

Todos el diarios van por aquí salvo El Punt Avui, que prefiere abrir la portada de este miércoles con las noticias de ayer martes. Es la magia de la prensa libre, que lo es incluso para estar en la luna de Valencia. Entre el resto, dos posiciones. Los que se oponen (el Trío de la Bencina, qué sorpresa, eh?) hacen tres relatos diferentes. ABC juzga las intenciones a Sánchez y presenta sus declaraciones como una presión para condicionar al Tribunal Supremo. ¿El Supremo condicionado por el poder ejecutivo? A ver, bonito es mi padre para que le toquen el sombrero. Da un poco de risa que ese diario no lo sepa. En realidad no engañan a nadie: lo que quiere es encabronar al público.

Los indultos de Aznar a Terra Lliure

El Mundo sigue la narrativa más ultra, que es la del choque de legitimidades entre el Supremo y el Ejecutivo español. El diario, lo has adivinado, apuesta por la del Supremo, porque la del Ejecutivo —así lo explica al texto de portada— proviene de la moción de censura contra Mariano Rajoy, a raíz de una sentencia bastarda y degenerada (la de Gürtel, la que califica al PP de organización para delinquir). Por lo tanto, no vale. Da igual que después se hayan celebrado dos elecciones donde la gente revalidó legítimamente esa mayoría: el gobierno de Sánchez es ilegítimo. Dirás que es puro terraplanismo político, pero no olvides que se trata del diario que aún no tiene claro que los atentados del 11-M fueron obra de Al-Qaeda. Más mala sombra tiene La Razón, que en una sofisticada contorsión consigue conectar los indultos con ETA vía José Luis Rodríguez Zapatero, antecesor de Pedro Sánchez entre 2004 y 2011. Unos cracks.

Parece que de aquí en adelante el Trío de la Bencina querrá infectar el debate con virus de estas tres cepas argumentales. Es improbable, sin embargo, que se acuerden de una de las primeras decisiones del mismo José María Aznar al llegar al gobierno: indultar a 15 exmiembros de la organización terrorista Terra Lliure. Lo decidió uno de los primeros consejos de ministros que presidía, el 28 de junio de 1996, siguiendo una iniciativa del anterior gobierno, presidido por el socialista Felipe González, mira por dónde. El real decreto, ratificado por el Rey (ahora refugiado de la justicia en los Emiratos Árabes), lo firmó la ministra de Justicia, Margarita Mariscal de Gante, la misma que preside la sala del Tribunal de Cuentas más activa en la represión económica del independentismo. Qué cosas. En sus primeros meses, Aznar indultaría a unas 900 personas.

La Fiscalía mediática

El resto de diarios de Madrid y Barcelona apoya la decisión de Sánchez, aunque lo miran con cautela y contención. Es normal. A la vista de lo que ha pasado estos años... Quizás te desanime un poco ver ahora en actitud esperanzada a diarios que no hace mucho tuvieron un papel tan activo y relevante en la invención y difusión de las fabricaciones que después aparecen en las instrucciones y la sentencia del caso 1-O. Diarios que fueron decisivos a la hora de crear la narrativa del "golpe de estado posmoderno", del "odio" en las miradas de los votantes del 1-O, de "la violencia" de los manifestantes del 20-S y otras fábulas. Diarios que compraron acríticamente esas invenciones sin verificarlas ni comprobarlas —por miedo, por pereza, para quitarse la espina, porque no pensaban que la represión vendría tan fuerte. También hay entre estos los que justificaron la sentencia porque "ni vencedores ni vencidos", etcétera. A pesar de todo, quizás el desánimo no está justificado. Por una parte porque ya es algo que reconozcan, aun con la boca pequeña, su papel de fiscalía mediática. De otra, porque, diga lo que diga la Constitución, la venganza y la revancha son siempre degradantes.

ABC

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LV

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