Las portadas de este martes servirán de modelo para toda la legislatura, porque son la primera variación de una narrativa que sonará hasta que acabe este estado de cosas parlamentario en España: el Ejecutivo es débil y está en manos de una mayoría tan fragmentada que no puede mandar bien. La prueba —vienen a decir los diarios— es que el gobierno de Pedro Sánchez no puede poner de acuerdo a dos aliados (Junts y Podemos) para validar en el Congreso tres decretos enciclopédicos sobre una docena larga de cuestiones diferentes, entre las cuales la continuidad de las medidas anticrisis y unas adaptaciones del proceso judicial a la ley europea de las que dependen 10.000 millones de fondos de la UE. De hecho —sigue el relato— su condición es tan precaria que no puede ni convencer a las comunidades autonómicas en una cosa elemental y básica como la obligatoriedad de llevar mascarilla en los hospitales.

Para los tres diarios del Trío de la Bencina y para los colegas poco o muy reticentes al actual gobierno español (El Periódico, a menudo; El País, de vez en cuando), las portadas de los meses que vienen presentan el desafío de hacer sonar música diferente sobre la misma dificultad entre socios. Todos interpretarán con varios ritmos e intensidades la narrativa que presenta al gobierno de Sánchez como un Ejecutivo precario, débil, inestable o incapaz. La derecha mediática ha encontrado aquí un sustituto al concepto de "gobierno ilegítimo" que manejaba hasta ahora. Los otros dos diarios harán el que puedan para no complicar mucho la vida en Sánchez. Este martes, El Periódico prefiere ignorar el tema en portada y aun intenta interesarnos con una alternativa como es la indecisión del Govern de la Generalitat a la hora de preservar el medio ambiente. El País escoge otra opción: habla del lío pero en un título sin protagonistas, como el de un parte meteorológico. En el subtítulo sí identifica al agente que esconde el título: el gobierno español.

Queda La Vanguardia, que juega el papel de diario más oficialista. Con una aparente primicia: la condición de Junts para votar los mencionados tres "decretos ómnibus" es "multar a las empresas que no vuelvan a Catalunya". En la crónica que da origen a este título no se cita el origen ni la fuente de la información —no es difícil suponer que es el gobierno español o el PSOE quien la ha filtrado— y en el billete del director se tiran unas flores a la responsabilidad y madurez de ERC y del PNV que, pese a encontrarse incómodos con los decretos en cuestión, han cedido por el interés general de mantener las medidas anticrisis, etcétera. También recibe el PSOE, de costadillo, por utilizar un procedimiento legislativo chapucero y tramposo. Al final, quien sale peor en la foto es Junts (Puigdemont), como siempre. Ara no se complica la vida y describe el estado de la cuestión en un título factual.

El Punt Avui estrena este martes un nuevo concepto. A raíz de la fusión del diario con el semanario La República y el mensual L'Económic, la portada ya no abre con la que se considere la noticia del día, sino con "unos trabajos, unas informaciones de fondo que nos invitarán a ir un poco más allá de las noticias del momento," según el mismo diario. La portada de este martes es más bien la de una revista: un póster sobre los grandes asuntos que marcarán "la competición geopolítica en 2024". Eso complica las cosas a la portadología tal como se entiende aquí, en el Quioscos & Pantallas, que trabaja comparando portadas de diarios, o haciéndolas chocar como bolas en un billar. Pero qué importa la portadología. El cielo es para los que batallan y la fortuna ayuda a los audaces.

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