El resultado de las elecciones del 23J cuelga de un hilo si hacemos caso a las encuestas que este lunes publican El País, ABC y La Razón. El tabloide monárquico se alarma. Pronostica un batacazo de Vox que "pone en riesgo la mayoría absoluta de la derecha". No exagere, caballero. Según sus cifras, en el peor de los casos, la coalición PP-Vox queda a un escaño de la mayoría absoluta y sería extraño que algunas minorías regionales conservadoras no les otorgaran el voto definitivo. Las otras dos encuestas también señalan pérdidas para Vox de entre diez y trece escaños pero la de ABC atribuye al partido ultra un descalabro de entre 23 y 27 escaños. Vaya. El diario, sin embargo, es el único que no lo relaciona con el impacto de los acuerdos firmados entre ambos partidos en varias comunidades autónomas y ayuntamientos. Este silencio es raro, más aun cuando el discurso del candidato del PP desde hace dos o tres días, casi monográfico, se centra en quitar hierro a los acuerdos con la ultraderecha —como hace en la entrevista que abre la portada de El Mundo— y a renegar de "la política de bloques" que él mismo ha patrocinado. Más que un silencio, parece una omisión deliberada con afán de barrer bajo la alfombra la rendición del PP a la extrema derecha.

Al País, en cambio, se le ha puesto buena cara. En su encuesta, socialistas y aliados suman la misma mayoría que defiende al actual gobierno socialcomunista, terrorista, separatista, etcétera. Eso sí, siempre que les voten los partidos catalanes que se dicen independentistas, porque solo con los vascos y las minorías regionales españolas no bastaría. Son encuestas, claro, y hay que tomarlas con un grano de sal, pero a medida que se acerca el día de votar se ve que el tema que hará tumbar las elecciones no será el impuesto sobre la banca, las okupaciones, el futuro de las centrales nucleares o los conciertos escolares. Incluso el coco de ETA auena a lata oxidada. El tema decisivo parece que será el de siempre, Catalunya. Las encuestas otorgan a los partidos soberanistas los escaños que quitan y ponen, que van de 16 a 19. El País tampoco dice nada de esto, seguramente porque no lo juzga un escenario agradable. Tiene gracia que la encuesta de ABC asigne 9 escaños a ERC y 7 a Junts, mientras que la de El País otorga 10 a Junts y 9 a ERC. Qué nervios.

Las portadas de Barcelona no hablan de la batalla electoral. Quizás porque, como decía Joan Sales de la Guerra Civil, "gane quien gane, yo ya he perdido". Un poco Ara, que abre con un asunto lateral: el aumento del voto por correo, cosa que puede añadir emoción al recuento de votos y a la noche electoral porque todo está muy apretado. La Vanguardia abre con esos títulos sobre infraestructuras que tanto le gustan. El Periódico con una pieza de hace una semana o de la semana que viene. El Punt Avui habla de cosas de este miércoles. Eso sí, son espectaculares las fotos del funambulista francés Nathan Paulin atravesando desde Plaça Catalunya al Paseo de Gràcia a 50 metros de altura (El Periódico, generoso, dice 70 metros). La foto que da más miedo, la que más impresiona, es la de El Punt Avui. Está hecha desde una distancia mayor y con una perspectiva que da la impresión de que el hombre camina sobre el aire porque la cuerda casi no se ve. También muestra una vista de la ciudad más amplia que permite hacerse cargo de la pequeñez del artista y del gran trompazo que le supondría caer. Tranquilo: Nathan va asegurado. También cuelga de un hilo, pero no como los partidos en estas elecciones.

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