Las portadas del Trío de la Bencina de este miércoles certifican el dicho tradicional del título del Quioscos & Pantallas, porque mientras el gobierno español de socialistas, comunistas, terroristas y separatistas amarra sus terceros presupuestos —como dice El País—, El Mundo, ABC y La Razón se calientan y calientan a su público exclamándose de que la Guardia Civil deje de hacer tareas de policía de tráfico en Navarra y pasan —ya lo hacían— a la Policía Foral. España se rompe porque las multas las ponen unos señores con boina roja y no otros con quepis verde. Parece mentira que la nación más antigua del mundo lo sea a pesar de tantas y tan graves conspiraciones, atentados y conjuras contra ella como sufre ahora y siempre, amén. Costa de creer la capacidad de fabricar y de hacer consumir patrioterismo banal de estos tres diarios, aunque si se producen de esta manera debe ser que ya les va bien, que los lectores responden. Tampoco podemos decir que a los catalanes nos resulte un fenómeno tan extraño. Lo que pasa es que nos damos menos cuenta y nos parece menos ridículo porque no es todo un Estado el que se pone a promoverlo. Cabe decir que no es lo mismo, que el campo de juego no está nivelado para unos igual que para otros.

Es decir, que para no acreditar un éxito del gobierno que no les gusta —un Ejecutivo con un apoyo parlamentario multicolor y frágil consigue aprobar los terceros presupuestos: es un hecho— los tres diarios de la derecha mediática se dejan escapar la noticia del día para destacar una anécdota ridícula y antigua. Tan antigua como que, en Catalunya, los Mossos d'Esquadra relevaron a la Guardia Civil en las carreteras catalanas allá por 1996 a raíz del pacto del Majestic entre CiU y el PP, Jordi Pujol y José María Aznar. Los mismos diarios ya hicieron entonces la misma comedia. Ya ves. En Catalunya, ni España se ha roto ni las multas dejan de ponerse ni se ha bolchevizado el tráfico, si es que tal cosa puede existir.

En el fondo, les molesta el protagonismo de Bildu, el actual vehículo político de los que en el pasado confiaban en el terrorismo / lucha armada. Los tres diarios se indignan donde otros se alegran porque un buen pedazo de la sociedad vasca se siente bien representada en un partido que accede a hacer política en lugar de renunciar y ausentarse, como hacían antes los cargos electos por Herri Batasuna, PCTV, Euskal Herritarrok y el resto de antiguas reencarnaciones de Bildu. Los españoles listos aprovecharían para venderlo como una victoria de la España generosa que abre los brazos como una madre con los hijos golfos, bla, bla, bla. Ellos lo usan para hurgar en el nosotros contra ellos, los españoles y los que no lo son, etcétera. El llamado guerracivilismo, en una palabra. La Razón llega a la paranoia de decir que la Moncloa "entrega las competencias de tráfico a los abertzales", como si el acuerdo consistiera en repartir armas a los militantes de Bildu para que vayan casa por casa a pasear a la gente de derechas, como en 1936. No se puede tener más mala fe.

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