Pactar es perder. Acordar es humillarse. Hablar es de cobardes. El diálogo es derrota. Esta es la interpretación que El Mundo, ABC y La Razón hacen hoy del encuentro entre el presidente de la Generalitat y el presidente del gobierno español. Más que una interpretación, estas portadas son condena y maldición. Si el día de ayer era un test de estrés para la democracia y el periodismo, ese trío de diarios no lo supera. Han infartado.

En el mundo real, la reunión Torra-Sánchez, que no tenía ni orden del día, y su comunicado final, tan abierto que ninguna de las partes se siente perdedora, pasaría con un suspiro de alivio, que es lo que rezuman las portadas del resto de diarios. A malas, se puede decir que los gobiernos catalán y español han chutado la pelota del conflicto cuesta abajo y se han comprometido a hablar hasta que encuentren una solución mejor que volver a chutarla mientras caminan hasta que vuelvan a tener la bola a sus pies. Al menos han decidido que no la pincharán, que la seguirán jugando.

ME

ABC

LR

Los tres diarios de la derecha, obstinados, han anulado la tregua que los últimos días habían dado a Sánchez (a Torra no han dejado nunca de morderlo) y ya estamos con la canción de siempre: Sánchez fuera, elecciones ya. El encuentro de ayer en Pedralbes les sirve para volver a tocar ese tambor. El presidente español lo tiene muy negro. Siempre puede mirarse las otras portadas, sin embargo, a pesar de que las primeras les hayan helado  el corazón, por decirlo á la Machado. Quizás no hay que tomárselo tan a pecho y es mejor ver como buena señal la ira de los representantes del periodismo más obtuso y cerril al ver que dos gobernantes se sientan porque quieren ponerse de acuerdo.

En un editorial inflamadísimo, El Mundo describe el encuentro de ayer como "una imagen humillante para todos los españoles cumplidores de la ley" que "concede una nueva victoria propagandística al separatismo". El director de La Razón afirma que "el gobierno [español] se ha sometido a unos independentistas que quieren destruir nuestro país [España] y que han conseguido dividir a la sociedad catalana, sometida a graves enfrentamientos a causa de unos intereses sectarios y fanáticos." Este director recuerda el cuadro La rendición de Breda, de Velázquez. Toda esta literatura incendiaria, sin conexión con la realidad, evoca más bien otra pintura, La cura de la locura, de Hyeronimus Bosch, que también se expone en el Museo del Prado.

Para compararlo, aquí va el titular de la crónica de la agencia británica Reuters: "Sánchez y Torra acuerdan buscar una 'propuesta política' que apoyen los catalanes". Fuera de Matrix, la realidad todavía es la realidad. Y las portadas del resto de la prensa, desde la frialdad de El País hasta el titular happy flowers de Ara:

EP

EPC

LV

AHORA

Hablan aquellos otros tres diarios de rendición y claudicación. Es señal de que sólo aceptan eso mismo —rendición y claudicación— pero de la otra parte. Peor todavía, falsean los hechos y fabrican una realidad alternativa con sus interpretaciones y juicios de intenciones, muestra de que no quieren que se piense otra cosa que la suya. En lugar de explicar los hechos, que no necesitan más que ser relatados, los esconden bajo el envoltorio de su prejuicios e ideología. Es una pena para la realidad —la crisis constitucional española y el futuro de Catalunya, que son conflictivas y quieren remedio. Pero también es una pena por el periodismo, esa manera de tratar la realidad como hacen a los buenos detectives, que al acabar su trabajo en la escena del crimen dejan las cosas tal como se las encontraron —y así la investigación puede resolver el caso sin tropiezos.