Llegará un día en que el presidente del gobierno español conseguirá driblarse a sí mismo. Mantener el estado de alarma debe ser de vida o muerte porque ha hecho de todo y más para conseguir que se lo voten. A ERC los tuvo hasta tarde, colgados cono un candil, prometiéndoles que volvería a la mesa de diálogo. Al mismo tiempo, decía a Ciudadanos que de mesa nada. No debió fiarse mucho, especialmente después de que huyera Marcos de Quinto, diputado del "sector Vox" de Cs. Por eso, por si acaso, Sánchez tenía atados los siete votos de Compromís y el PNV, más la abstención de los cinco diputados de Bildu.
Para ganarse la abstención de Bildu (¡Bildu! "Los herederos de ETA", bla, bla, bla) echó la casa por la ventana: hacia las ocho de la noche pactaron la "derogación íntegra", literalmente, de la reforma laboral del PP, la del 2012, tan alabada en todos los entornos patronales, en Bruselas, y en los medios más representativos de la industria y las finanzas. Piensa en los titulares de un acuerdo así, no sólo en El Mundo o ABC —serían los mismos igualmente ¿no?—, sino en The Economist, Financial Times, The Wall Street Journal... la prensa que influye en los que de veras mandan y deciden.
A medianoche, sin embargo, el PSOE reculó. Se descolgó en una nota diciendo que no, que de "derogación íntegra" nada. Sería más bien "recuperar derechos laborales" cancelados por la tal reforma, etcétera. Es el mismo texto del vago acuerdo que firmó con Podemos para pactar el gobierno a toda prisa. Los aguerridos y combativos diputados de Bildu se habrán quedado de pasta de boniato.
También los diarios, algunos de los cuales —incluido Expansión, el económico líder— abren a toda castaña con la "derogación íntegra". No les ha dado tiempo para enmendar la portada. El papel impreso y la política gaseosa hacen mala pareja.
A ver, tampoco hay que ponerse dramáticos. La política de zoco tiene su encanto, y los engaños y los tira y afloja son la vida misma de parlamentos y gobiernos. Los diarios nos ponemos las botas con ese material. La cosa, en este caso, es si Sánchez lo hace por algún objetivo valioso o sólo para sostenerse en la cuerda floja, a costa de tener encabronados a todos los aliados que lo han llevado al poder y a los que podrían echarle una mano. También por lo que decía Lincoln: puedes engañar a todo el mundo alguna vez o siempre a algunos, pero no a todos siempre.
Por aquí va el titular de El Periódico, que es el que más se salva. El Mundo parece que quería hacer algo parecido pero no les acaba de salir, quizás porque les estallaba la cabeza al pensar en alguien que negocia al mismo tiempo con Bildu y Cs.
Dos notas sobre este circo. Una: perdona a los diarios de hoy, pobres, que dan por hecho un acuerdo que el PSOE modificó a medianoche. A estas alturas ya no hay bastante portada para explicar los malabarismos, pufos, engaños, fintas y contorsiones a los que Sánchez somete a la política, a los políticos y a los que lo explicamos y/o sufrimos, incluido tú mismo. No se puede exigir a ningún diario que resuma este show en un titular de portada ni, ya puestos, en una portada entera.
Dos: La Vanguardia y ABC abren con la advertencia de la Comisión de la UE al estado español: invierta más en sanidad y empleo —se sobreentiende que basta de AVE, aeropuertos vacíos, Castor, etcétera. Y no se quedan cortos, no. En el análisis por escrito de España, la Comisión dice, entre otras cosas, que "es el estado miembro de la UE con la media más baja de prestaciones familiares por hijo" y que "el gasto público se mantiene altamente orientado a las personas mayores".
Más todavía, la letra pequeña de los acuerdos sobre el fondo europeo de recuperación de la Covid-19 dice que el fondo "se basará en el claro compromiso de los estados miembros en seguir políticas económicas sensatas y una ambiciosa agenda de reformas". Con todo este lío político español, las portadas dejan flotar dudas inquietantes, como con qué socios podrá contar Sánchez para sacar adelante políticas como las que le pide la Comisión, o si se fiará del gobierno español a la hora de distribuir el fondo de reconstrucción europeo.
