La única cosa que ayer acabó felizmente es la operación de Juan Carlos I, que ha ido redonda, según indica ABC, el diario de a bordo de la Zarzuela y fuente más que fiable de todo lo monárquico. El Periódico dice que le han puesto tres baipás, que es como en español ortodoxo se llama a los bypass. A la real intervención seguirá ahora una real convalecencia y una real recuperación, periodos traidores estos dos últimos, porque no hay que vender la piel del oso, etcétera.

El resto de asuntos del día era todo cosa inaugural o a medio cocer. La reunión del G-7 en Biarritz se ha arrancado con Macron haciendo de psicólogo de Trump para que no estropee el encuentro de los poderosos. En la tele se veía al presidente francés burbujeante, mientras que el norteamericano tenía un ademán de qué cuernos  hago aquí. Ya veremos en qué queda. De los refugiados del Open Arms y del Ocean Viking, ni mu.

Los incendios de la Amazonia siguen ardiendo: El País lleva una foto escalofriante en portada si piensas que, ahora mismo, son muchos kilometros cuadrados de la región que presentan ese mismo aspecto. La Razón entrevista al ministro Ábalos y titula con una frase de referencia evangélica a las tres negaciones de San Pedro en un sentido equívoco, porque ese apóstol acabó pidiendo perdón y se convirtió en el primer Papa. Es el penúltimo fin de semana de agosto, la temperatura ha vuelto a subir y hay muchos cabos sueltos: Gobierno, G-7, refugiados, Amazonia, guerra comercial... En plan pedante, las de hoy son portadas de transición. No se sabe hacia dónde, pero de transición.

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