Ya son tres investigaciones y Juan Carlos I se salva de la pena de portada. Él no es un indepe o un podemita cualquiera. Ahora mismo, el emérito comparte prestigio con personalidades como el excomisario Villarejo o los procesados de la Gürtel, del caso de los ERE o, localmente, del Caso Palau o Mercuri. Etcétera. Pero protegido por una muralla de papel prensa.

Los diarios chapotean sobre las reales iniciativas que investiga la fiscalía española. Políticamente es un asunto muy inconveniente. En primer lugar porque se abre una grieta de desconfianza en la Gran Narrativa de la Transición™, que sostiene los relatos de la Monarquía Moderna™ y de la Democracia Consolidada™, de los que viven un montón de gente mandamás y tocateclas. Esta es una razón para que El País, Diario Oficial de la Transición, y La Vanguardia, que también levanta esa bandera, todavía lo den pequeño. ABC y La Razón disimulan.

Sólo van a saco El Punt Avui, El Periódico y El Mundo, que desde hace meses ha hecho el salto a la historia oficial —más o menos cuando decidió homologar a Vox—.

En segundo lugar, tienes que tener un contra-relato muy potente para contrarrestar las reales aventuras en el mundo de los paraísos fiscales. La mayoría de los que figuran en el catálogo están muy gastados: Gibraltar, ETA, Venezuela/Bolivia, el golpe de estado posmoderno del independentismo, el Comunismo GTI de Podemos... Todo eso ha servido hasta ahora para contra-argumentar con razones tipo "pues mira que tú..." y para reunir al patriotismo folclórico-carajillero y el pijonacionalismo cayetano. Fíjate en que la mezcolanza de las investigaciones del tándem Aguirre-Baena no ha durado en las portadas más que un día y medio. Al menos de momento.

Bruselas amonesta a Pedro Sánchez

Algunas portadas celebran que Bruselas haya amonestado verbalmente al gobierno de Pedro Sánchez por el invento contra la desinformación que ayer se comentaba aquí, que los tabloides nacionalistas españoles llaman "Ministerio de la Verdad" y similares. Sánchez, que tiene una tarjeta amarilla de la UE por juego peligroso con la reforma del Poder Judicial, va muy al límite. Las portadas se ocupan del caso con el tradicional dramatismo adolescente de siempre, qué se le va a hacer. También hace pensar por què Bruselas no tuvo la misma sensibilidad con los garrotazos del 1-O? ¿Sí la tuvo pero no nos lo explicaron?

Esta semana que acaba también ha sido todo un desafío para los diarios a causa del emocionante sprint entre Trump y Biden. Hoy, sábado, es el cuarto día que tienen que publicar el tema en primera y, claro, sin repetirse. La creatividad de los titulares ha sido grande. Piensa que la noticia-noticia ("Fulano, Presidente") aun no la hay, pero las emociones están revolucionadas y la gente queremos saber de una vez quién ocupará del despacho más importante de la tierra, como dicen en los EE.UU. Hoy no ha sido el mejor día, sin embargo. Las portadas van cargadas de tópicos: "Biden deja atrás a Trump", "Cuenta atrás", "Biden amplía la ventaja", etcétera. Son titulares que los pones hace dos días y funcionan tan bien como hoy los de hace dos días.

Es complicado. Los periodistas no son de piedra ni robots. Se cansan yu se hartan. Como tú.

ME

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EPA

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