Por lo que se ve en las portadas, la Guardia Civil controla la actuación de Fernando Simón al frente del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias del Ministerio de Sanidad como vigilaría a un comando terrorista, con la colaboración de los diarios afectos, que hoy imponen al doctor, descaradamente, la pena de portada. Otros diarios, bienintencionados, publican títulos militarizados que dan un poco de miedo: "La Guardia Civil apunta ahora a Simón..." o "La Guardia Civil fija la mira en el doctor Simón". Apunta. Fija la mira. Uf.

Ahora imagínate que a los jueces o a la Benemérita les da por hacer lomismo con los directivos de Nissan o el alcalde/sa de tu pueblo, villa o ciudad, dicho sea a modo de ejemplo. Porque como la empresa ha recibido dinero público y el alcalde lo maneja, claro, a ver qué ha dicho o hecho o dejado de decir o hacer. Si los gastó en aquella línea de producción o si levantó aquel parque infantil según lo que llevaba en su programa o qué —por si acaso prevaricó o malversó.

La pregunta sería: ¿De qué sirven los consejos de administración o las urnas? ¿Las responsabilidades ordinarias de un directivo profesional o la gestión corriente de un cargo político son competencia de los jueces y la policía judicial? ¿No les corresponde valorarlas y exigir responsabilidades al consejo de administración y a los accionistas de la empresa, o a los electores en las urnas? ¿Quien se dedicará a los negocios o a la política, sabiendo que en un abrir y cerrar de ojos les puede caer encima un juez —accionado por una denuncia conveniente y convenida— y disponiendo de la policía judicial para construir la acusación que les apetezca, o que apetezca a sus patrocinadores?

Promover este estado de cosas es el triste papel de los diarios que se apuntan a seguir el juego infernal de trasladar la política a los tribunales. Una bonita manera de entender la separación de poderes. Acabarán pidiendo que la Constitución sea sustituida por el Código Penal, con los periodistas ejerciendo de secretarios de juzgado. Da pena, por contraste, comparar la situación con los Estados Unidos, donde los militares ya han dicho a Trump que no les líe en sus tejemanejes y los diarios explican punto por punto las desmesuras del presidente y la policía, dando por sentado que todo lo resolverán los ciudadanos en las elecciones de noviembre y no la policía y los jueces. La diferencia son casi dos siglos y medio de democracia activa.

Si cualquier mala gestión política acaba en los tribunales y con la policía judicial en el cogote de los responsables, ¿qué pasará con el consejero de Sanidad de la Comunidad de Madrid, que ratificó "por error" un protocolo que desaconsejaba derivar a los hospitales a personas mayores de las residencias de ancianos para evitar el colapso de las instalaciones? En otros tiempos, a los responsables políticos se les sometía al Parlamento competente, dimitían o se les cesaba, a riesgo de un mal paso electoral. Ahora, si se sigue la "doctrina Simón" de la jueza Rodríguez Medel & la Guardia Civil, se les fabrica un proceso con muchas filtraciones a los diarios (y teles y radios) amigos, conocidos y saludados... y a vivir que son dos días.

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