Como casi siempre que vienen mal dadas para la justicia española, las portadas ignoran las noticias desfavorables al pulso legal que se sigue en Bruselas por la extradición del presidente y de los consellers en el exilio. De momento, la justicia belga ha aplazado la decisión sobre las euroórdenes y se esperará a la resolución del recurso sobre la inmunidad de Puigdemont y Comín. Los jueces bruselenses han chutado la lata hasta el próximo 3 de febrero.

De todo eso no se dice ni mu en ninguna portada salvo las de Ara, El Punt Avui y una inverosímil La Razón. En Puigdemont, ni agua. Ni La Vanguardia ni El Periódico lo llevan. La fotografía de Ara, además, con los exiliados y su equipo legal rodeados de periodistas y micrófonos, habrá caído tan simpática como un puñetazo.

Es verdad que otras noticias hacían mucha competencia a la cosa jurídica. La subida de impuestos que se incorporará a los próximos presupuestos de la Generalitat es asunto que compite muy bien con cualquier otro que tenga enfrente, como corresponde a cualquiera que toque la cartera, que disputaría la posición de privilegio en la portada. En este caso, había otro titular posible que es la rebaja de impuestos para las rentas más bajas, pero eso tiene poca garra y no solo porque las rentas más bajas compren menos diarios.

En la prensa impresa de Madrid, la portada estaba cantada desde que ayer por la mañana Pedro Sánchez recibió a Pablo Casado y a Inés Arrimadas. Era el primer acto de la operación con que el candidato socialista quiere presentar como único posible el acuerdo con Unidas Podemos con el permiso de Esquerra. El segundo acto es hoy, con la ronda de llamadas a los presidentes autonómicos, entre ellos el de la Generalitat, en un show que parece uno de aquellos mítines indepes interminables de los "días históricos", en que la escaleta incluía entre quince y veinte oradores.

La derecha mediática está enfadada y habla del "chantaje" de Sánchez, de sus cesiones al "comunismo" y al "separatismo" y más aun. El candidato es presentado como un tahúr que se niega a aceptar la "vía constitucional", como si la otra que ya tiene medio atada no lo fuera tanto o más —y PP y Cs no quisieran enredarle tanto o más. El independentismo se queja mucho de las fabricaciones del complejo jurídico-policial español, de la desproporción de sus actuaciones y sentencias, etcétera. Aún gracias que no los registran ni juzgan estos diarios.

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