Al tanto, que va de canto. Con tanta pasión por los detalles del caso Koldo —bien justificada, pero que no sería tal si detrás no se escondiera también el afán de hacer daño al gobierno de Pedro Sánchez— las portadas corren el riesgo de dejar de lado algunos asuntos que no son poca cosa. Este jueves paga los platos rotos del partidismo informativo, el aviso de la presidenta de la comisión de la Unión Europea, Ursula von der Leyen, que Ara sintetiza en su título principal y El País en una pieza por debajo: la guerra en Europa no es imposible. La Vanguardia pone el acento en otra idea que va un paso más allá del aviso: la presidenta apremia a Europa a dejar de lado su típica actitud contemplativa e incrédula y a rehacer sus arsenales para disuadir, contener o asustar a Vladímir Putin. Propone también la compra conjunta de armas y duplicar la manufactura de municiones.

Quizás es la primera vez desde el Tratado de Roma (1957) que la máxima autoridad europea habla en estos términos. Sobre todo cuando el presidente de Francia, Emmanuel Macron, ha lanzado la idea de movilizar tropas de la OTAN para combatir al lado del ejército de Ucrania contra el ejército invasor de Rusia. Otra nota de la misma canción la toca Iúlia Navàlnaia, que este miércoles ha dicho en el Parlamento Europeo que Putin “es un monstruo” a quien solo se puede derrotar, como explica La Razón en un retal de la primera página. En el resto de portadas, ni mu sobre estos asuntos.

Otro tema que se ha dejado correr con el caso Koldo es la negociación sobre la ley de amnistía entre Junts y el PSOE en Madrid y en Bruselas. El País abre portada diciendo que unos y otros acercan posiciones y que la cosa saldrá esta misma semana. El diario se las compone para decir que pactar esta ley sería un primer paso para acordar el apoyo de los soi-disant independentistas a los presupuestos generales del Estado, ahora que el Gobierno pasa por un momento horrible a causa de la deserción del exministro y diputado José Luis Ábalos Meco al Grupo Mixto del Congreso. Por el tono de la información, se conoce que El País tiene casi tanto interés en aprobar la amnistía y los presupuestos como el gobierno central. Sin embargo, nadie le quita el mérito de la primicia sobre la amnistía.

Dos portadas se entienden mejor juntas. El Periódico informa de que la Agència Catalana de l'Aigua dispone de una “hucha” de 540 millones de euros, provenientes de inversiones no ejecutadas. Al margen de que ahorrar por la vía de no hacer inversiones es siempre una pésima idea y señal de mala gestión, como sabe todo el mundo con dos dedos de frente, el mismo diario se queja de que el ACA —el Govern, vaya— propone aumentar el recibo del agua entre uno y cuatro euros, como queriendo decir que alguna cosa no cuadra. Esta historia encaja bien con el segundo título de La Vanguardia: la conexión de la red del Ebro en Barcelona se podría hacer en ocho meses y costaría 275 millones de euros. Es decir, es una infraestructura rápida para la que el Govern dispone del dinero para pagarla, que son esos excedentes de la “hucha” del ACA. Otra cosa es la gran y feroz oposición en Terres de l'Ebre a este trasvase. Es un tema para apuntárselo en la agenda porque seguramente traerá cola.

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