Las portadas del Trío de la Bencina están de muy mal humor por la aprobación in extremis de la reforma de la reforma laboral impulsada por Yolanda Díaz, vicepresidenta y ministra de Trabajo además de estandarte electoral de Unidas Podemos. Es grotesco leer los inventos que fabrican con el fin de presentar como cosa negativa el hecho de que el gobierno español haya conseguido una mayoría alternativa sumando a PSOE y UP tres partidos conservadores (PDeCAT, Unión del Pueblo Navarro y Ciudadanos), cuyos votos lo resarcirán de la pérdida del apoyo de ERC, PNV y Bildu. Hay que tener mucho nervio para explicar la cosa como un "cisma" (El Mundo) o un fracaso personal de Yolanda Díaz (ABC) o contarlo como una dificultad entre la propia Díaz y ERC (La Razón). Parece más notable que el Gobierno haya sacado adelante una ley con el apoyo de socialistas, "comunistas", las principales patronales, los sindicatos y tres partidos de derecha y centroderecha, a última hora, deprisa y corriendo, y respetando la amenaza de la patronal CEOE ("sin tocar ni una coma") y la vigilancia de la Unión Europea. En fin. Las contorsiones que los diarios del Trío de la Bencina obligan a hacer a la realidad en este caso acaban por esconder la misma realidad. ¿Es eso periodismo o activismo? Quizás no haya que producirse con el entusiasmo de El País, que, en otra noticia, dice que la nueva normativa laboral propicia un aumento del 92% en la cifra de contratos indefinidos. Ahora bien, hay un gris muy extenso entre sostener que la nueva reforma laboral pone en crisis la coalición de gobierno o es una derrota de su promotora y compararla con la multiplicación de los panes y los peces. También resulta curioso que El País no mencione en el subtítulo al PNV ni Bildu, que se oponen tanto como ERC. Dirán que no les cabía, que ya era sabido, que Esquerra es el grupo mayor y tal pascual. Pero queda feo. Aunque no seas amigo de conspiranoias —así debe ser— siempre piensas por qué singularizan a ERC. Quizá es una señal de que el Madrid progre esperaba otra cosa de los republicanos. Quizá no es nada.

Ara abre con una noticia fenomenal. El 87% de los catalanes está inmunizado de covid, dice. Añade que las escuelas dejarán de hacer tests de antígenos a los contactos de positivos. El País dice, por debajo de la página, que la sexta oleada remite en todas partes y en todos los grupos de edad. Está muy bien, sobre todo porque justifica que temine llevar la mascarilla en la calle. Este tema se ve flojito en el resto de diarios. Tiene una explicación. Las portadas son un ecosistema poco hospitalario para los temas repetidos —la covid—, y menos aún para las llamadas "buenas noticias" o noticias positivas. Encima, es difícil resistirse a publicar estas fotos inquietantes de soldados, tanques o cohetes rusos que meten tanto miedo y generan mucha angustia —por eso los rusos las dejan tomar y las difunden. Tal como vienen los diarios estos días, parece que si no la palmas por la covid la palmarás por la inminente invasión rusa. Este jueves, sin embargo, también tienes otra opción si no quieres saber nada de las noticias del día: leer El Punt Avui. En vez de decir que se ha acabado la comedia, el diario sostiene la fantasía de que el Parlament defiende numantinamente el escaño que la Junta Electoral Central ha arrebatado al diputado cupero Pau Juvillà. Elige tu aventura.

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