Pablo Iglesias es el protagonista indiscutible de las portadas de hoy. Hacía días que no había tanta unanimidad en la prensa editada tanto en Madrid como en Barcelona. El movimiento hecho por el líder de Unidas Podemos a tres días del inicio del debate de investidura merece, efectivamente toda la atención. Iglesias da un paso al lado, renuncia, se aparta, recula... Ya no quiere ser vicepresidente, ni ministro si su formación consigue entrar en un gobierno de Pedro Sánchez, que esta semana, por cierto, se ha quedado descansado cargando contra el líder podemita. Si el es el problema, se va y ya està.
Veremos pero si con eso hay bastante, porque el mártir Iglesias da un paso al lado, renuncia, se aparta, recula, pero no mujer un cheque en blanco en Sánchez: exige decidir cuáles serán los ministros de Unidas Podemos. De hecho exige hasta cinco carteras, según El Mundo. Y el PSOE por aquí no pasa. Es Sánchez quien tiene el derecho de decidir el ministros de su gobierno y lo que toca, insisten los socialistas, es hablar de programa y no de sillas. ¿Volvemos a la casilla de salida? ¿No era Iglesias el único escollo para un gobierno de coalición, según dijo Sànchez? Así que, si bien parece que se reanudan las negociaciones, todavía queda mucho y mucho por hablar. A pesar del gesto de Iglesias, no parece pues que la investidura esté más cerca hoy de lo que hace dos días.
En todo eso, El Mundo sigue con su particular cruzada contra los espías de Torra en los patios de las escuelas. El rotativo ha puesto la Plataforma per la Llengua en el punto de mira y hoy vuelve a recibir, ahora por las subvenciones que ha recibido en los últimos años del Gobierno. La ganas de echar porquería de este diario siguen siendo las mismas a las que nos tienen acostumbrados.
