Los partidos después del 27S (y 7).

Cs-Dins

Ciudadanos se juega el partido en Catalunya. La formación de Albert Rivera quiere demostrar que el españolismo catalán es una opción que puede gobernar España. Y eso sólo lo puede ofrecer si gana en casa, donde nació este partido con una estrategia política orientada a combatir una de las joyas de la corona de la Catalunya contemporánea -la inmersión lingüística- y todo el mensaje que ello comporta.

"Ganar el 27-S" es perder las elecciones pero es quedar como segunda fuerza en el Parlament. El hiperlíder de la formación, Albert Rivera, y su candidata, Inés Arrimadas, se erigirían como la voz y la cara del nuevo españolismo que supera tanto la vieja política del PP y del PSC como el poscomunismo líquido de Podemos. Este "ganar en Catalunya" es el trampolín al que Rivera quiere encaramarse el 27-S para arrojarse a la piscina de Madrid.

Una segunda plaza es, para C's, una plata con sabor a oro. Una medalla que le permitiría reclamar votos de cara a las elecciones generales españolas.

Las elecciones andaluzas de marzo del 2015 fueron la primera prueba de fuego. Se salvaron por la mínima, pero como el gol de Iniesta, los 9 escaños alcanzados eran justamente los que le hacían falta a Susana Díaz para gobernar la Junta. La disponibilidad de C's dejó Podemos y sus 15 escaños en la cuneta y con el disgusto de ver como su expectativa había muerto de éxito. Rivera se convirtió en un actor político español de primer orden y todo le permitió encarar con temple las elecciones municipales y autonómicas del 27 de mayo y superarlas con nota. El paralelismo de los estrategas naranjas es evidente: si en Catalunya se "gana", Madrid estará al alcance.

Todo expectativa

El triunvirato de la dirección de campaña de C's está formado por el vicesecretario general de la formación, José Manuel Villegas; el secretario de Organización, Fran Hervías y el secretario de Comunicación, Fernando de Páramo. Esta terna quiere pasar el rastrillo entre aquellos sectores de derechas o izquierdas que, sobre todo, sean unionistas o no independentistas.

Su mensaje se dirige claramente hacia el votante desencantado del PSC, el voto tradicionalmente abstencionista o los exvotantes del PP, a los que proponen una "opción nueva y regenerada" de la política con la ventaja de que, al no haber gobernado, su desgaste es casi cero. C's es todo expectativa y ese es el contenido de su mensaje. Lo que procuran es ser percibidos como una expectativa y no como una incertidumbre.

El adversario

Del mismo modo que Catalunya Sí que es Pot plantea el 27-S como un duelo por el segundo lugar con C's, los de Rivera no rehuyen el cuerpo a cuerpo con la franquicia catalana de Podemos.

La estrategia para captar al posible votante de CSQP es mostrar Ciudadanos como un "no seguro contra la independencia", contraponiéndose a la lista que encabeza Lluís Rabell como una "tómbola" en la que es posible que algún diputado se apunte al proceso independentista si hay bastante mayoría en el Parlament.

Arrimadas y la marca

La candidata de Ciudadanos tenía un defecto de fábrica: un nivel bajo de conocimiento entre el público. Este perfil poco mediático se ha resuelto gracias a dos elementos innegables de la campaña: el hiperliderazgo de Rivera que, como una moneda, comparte cartel con Arrimadas; y por otra parte, la intensa presencia de la candidata en el espacio comunicativo español en los últimos meses.

En C's les preocupa poco el escaso conocimiento de Arrimadas por parte del gran público. Confían plenamente en la marca "Ciudadanos" para dar la campanada electoral. Además, Arrimadas es la única candidata de la campaña, joven, nacida en Jerez de la Frontera y con cinco años de residencia en Catalunya. Una ficha técnica que cuadra con la imagen fresh que se quiere dar del partido.

Españolismo catalán

Como todos los partidos en esta contienda electoral, Ciudadanos busca el "voto urbano" del área metropolitana de Barcelona, donde ha invertido muchos esfuerzos y recursos. La apelación a la corrupción, en la "confrontación" que, según la formación, supone el independentismo, y una apuesta por la regeneración es la munición de campaña de C's. Un discurso que también han concentrado en Tarragona, donde quieren certificar el resultado obtenido hace tres años, y en Girona, donde podrían obtener un diputado.

La oferta de Ciudadanos para España, si alcanza la segunda plaza el 27-S, es una propuesta inédita para el Estado. Por primera vez se hará ver que se plantea una reforma del Estado que proviene de Catalunya pero no del catalanismo. Rivera se quiere convertir en la clave de bóveda de una "segunda transición", ni que sea reaccionaria, en el sentido de ir en la práctica contra el espíritu de la transición de 1978, o lampedusiana: cambiar algo para que no cambie nada.

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