El mismo día que las Cortes españolas se disuelven y Felipe VI ha convocado nuevas elecciones, Podemos e Izquierda Unida (IU) siguen avanzando en su proyecto para intentar conformar la "gran confluencia" para los comicios del 26-J. Los secretarios de organización de Podemos e Izquierda Unida, Pablo Echenique y Adolfo Barrena, han mantenido una nueva reunión esta mañana en Zaragoza. Las perspectivas son favorables para el acuerdo, de manera que los dos responsables han decidido crear un "equipo de trabajo mixto" para elaborar acuerdos programáticos.

Echenique y Barrena mantienen las diferencias en algunos puntos, como han reconocido después del encuentro, pero trabajarán a lo largo de la semana para elaborar un programa "de mínimos" sobre las políticas que ambos defienden para presentarse al 26-J. Hasta el momento están de acuerdo con separar las campañas electorales, según ha podido saber El Nacional. "Nos dirigimos a personas diferentes, en eso hay pleno acuerdo", indicaron fuentes podemitas a este diario. 

Explicaba hace unos días el líder de Izquierda Unida, Alberto Garzón, que la introducción de un elemento diferenciador respecto de los comicios del 20-D, podría servir para atenuar la abstención. El diputado se refería a su alianza con Podemos, o al ya improbable cambio de liderazgo en el seno de alguna formación. “Si hay cambio de actores, como pueda ser Podemos sumado a IU, se pueden generar dinámicas diferentes”, ratifica el politólogo Lluís Orriols, en la línea de Garzón.

El número dos de la formación morada, Íñigo Errejón, suele apelar al discurso de la transversalidad. Es decir, a la voluntad de construir una nueva formación, más que no a la creación de “una sopa de siglas”, justificándose ante el miedo de pactar con un partido más a la izquierda que ellos como es IU. Preguntado por si esta opción de "gran confluencia" podría suponer un problema para el partido de Iglesias, Orriols cree que no. “Tradicionalmente tenía miedo de quedar escorado a la izquierda. Ahora es un partido que difícilmente puede quedar más escorado a la izquierda, todavía menos en tan poco tiempo”, apunta.

El experto pone énfasis en subrayar que Podemos debe tomar la decisión en función de la temporalidad de los escenarios que el partido contempla. “Se presenta una disyuntiva. En el corto plazo puede pactar con IU, ya que en el corto plazo difícilmente puedes perder al votante de centro, ya no lo tienes”, explica. Según su opinión, le recomendaría optar por esta opción, al menos, “para salvar las elecciones”.

Sobre el medio-largo plazo, el profesor considera que todo variaría según cómo lo gestionara el PSOE. “Si hay gran coalición, habrá fugas masivas de voto socialista”, seguramente voto de centro, que podría acoger el partido de Iglesias. Si la gran coalición no se produjera, parece que habría que observar si el acuerdo con IU deja los podemitas más escorados a la izquierda.

Las elecciones españolas han reavivado las especulaciones sobre un sorpasso al PSOE, que tradicionalmente ha sobrevolado a la izquierda española. Para algunos sondeos, ambas formaciones sumadas podrían llegar a pisarle los talones al PSOE. En las últimas elecciones, IU sumada a Podemos podría haber maximizado su apoyo en 14 escaños añadidos. Sin embargo, quedó perjudicada a causa del sistema electoral, y la traducción de votos en escaños.