"Me gustaría un Podemos que le hable más a España y no tanto a los independentistas", le reprochaba la diputada Carolina Bescansa a Pablo Iglesias, días antes de la declaración de independencia. La exdirigente cuestionaba la formación, ante el alineamiento de Iglesias con las tesis de ERC y PDeCAT al rechazo de las acciones del Estado contra el procés. En paralelo, el CIS de octubre señalaba una caída del partido morado, en oposición a la pujanza de Ciudadanos y la línea dura con el soberanismo; una situación que Iglesias muestra síntomas de enmendar con la llegada del Día de la Constitución.

Una gran comitiva de Podemos desembarcará en el Congreso para celebrar el aniversario de la carta magna. A diferencia del año anterior, donde sólo estuvieron el secretario de organización Pablo Echenique y Bescansa, este año asistirán Iglesias, la portavoz parlamentaria Irene Montero y su adjunta Ione Belarra, así como la vicepresidenta cuarta de la Mesa del Congreso Gloria Elizo y el secretario tercero y miembro d'En Comú Marcelo Expósito. El gesto viene s ser la forma de desmarcarse de ERC y PDeCAT, quienes no estarán, como tampoco el año anterior, como protesta.

La cuestión es que Iglesias necesita enmendar la línea soberanista, tras haber presentado un recurso de inconstitucionalidad contra el 155 aprovechando el inicio de campaña de Xavier Domènech. La actuación le costó una avalancha de críticas por parte de cierta prensa, que le acusó de "volver la cara" a España, ante la crisis de Estado. Ello llegaba, si bien, tras meses de que la formación morada haya apostado por hacer suya la denuncia de republicanos y demócratas a una "vulneración de derechos" por el cierre de webs del 1-O o la requisada de carteles.

Sin embargo, en opinión de Bescansa el error no sería hacer suya la queja del soberanismo ante el aparato del Estado. Según la exdirigente, el problema era que Podemos no habría dejado claro que no daban apoyo a la independencia, ni de forma unilateral, ni bilateral. Un giro que Iglesias, sin embargo, adoptó este domingo, cuando sorprendió en un mitin en Catalunya con unas palabras sobre que los independentistas habían contribuido a "despertar la bestia del fascismo", incurriendo así en una contradicción con los actos que le cuestan gran polémica en Madrid.

El hecho es que el gesto de Pablo Iglesias ha recibido diferentes críticas sobre el electoralismo que podría haber detrás de la estrategia. Eso pasa porque las dos únicas veces que el secretario general de la formación morada ha acudido al Día de la Constitución coincidían con campaña electoral: en el 2015, la de las elecciones generales del 20-D y este 2017, la campaña catalana para los comicios del 21-D. Así el intento sería una nueva forma de desmarcarse de ERC y PDeCAT –pese a que ninguno de los tres partidos está en la comisión de reforma constitucional.

Elenco de líderes

Los independentistas no serán los únicos que plantarán la Constitución; también el PNV y EH Bildu. Así y todo, este año sí estarán los cuatro dirigentes de los grandes partidos españoles: Mariano Rajoy, Albert Rivera y el secretario general Pedro Sánchez. Este último no estuvo el año anterior porque fue echado en el comité federal, y en su lugar, asistía el presidente provisional de la gestora socialista, Javier Fernández. Una ocasión para que Sánchez y Rajoy se vean las caras, ahora que el segundo duda de la reforma constitucional que habría prometido al primero a cambio del 155.