El entramado judicial contra el referéndum y el proceso independentista cuenta ahora con un nuevo actor: el Tribunal Constitucional.

En el momento en el que el Ejecutivo de Rajoy recurre a él para impedir la investidura de Carles Puigdemont, se pone en marcha una nueva maquinaría judicial que interpela directamente al Parlamento de Catalunya y los trámites para iniciar la nueva legislatura que tiene que permitir nombrar el nuevo gobierno y levantar el 155.

El TC tiene ahora la palabra. Mientras el Tribunal Supremo tiene la espada de Damocles sobre la cabeza de exconsellers, diputados, responsables de partidos y miembros de la anterior mesa del Parlamento, el Constitucional presiona ahora el que es la única autoridad del país, hasta el momento, el presidente del Parlamento, Roger Torrent.

Para que se pueda investir un nuevo presidente, constituir nuevo gobierno y empezar la legislatura, tendrá que hacerse según la ley y los reglamentos establecidos. Y si el guión se mueve una sola línea, existe la amenaza de cárcel y de proceso judicial. Junqueras, Forn y los Jordis recuerdan el camino de la cárcel. También Forcadell, los exconsellers y los antiguos miembros de la Mesa, la mayoría de los cuales han acabado renunciando al acta de diputado, y otros que ni tan sólo iban a ninguna lista.

El Tribunal Constitucional no se mojó el sábado cuando estuvo todo el día para decidir si admitía a trámite o no el recurso del Gobierno contra la investidura de Puigdemont. Aplicó unas medidas cautelares que condicionaban el pleno de hoy del Parlamento y dio diez días a todas las partes para presentar alegaciones.

Las medidas cautelares obligaban a Puigdemont a pedir autorización para asistir al pleno, a Torrent a suspender el pleno si no había Puigdemont y suspendía las resoluciones del Parlamento para la investidura.

Hasta aquí, la pelota estaba sobre el tejado de la Mesa del Parlamento.

Pero Puigdemont y los diputados de Junts per Catalunya presentaron alegaciones a estas medidas cautelares, y el TC convocó ayer a última hora un pleno para resolverlas antes de que empezara el pleno del Parlamento, un pleno hoy a las 13 h. Y eso es lo que se resuelve hoy, las alegaciones del Puigdemont y los diputados a las medidas cautelares.

Ante este nuevo pleno Torrent ha decidido aplazar la investidura hasta saber si el TC las mantiene, las levanta o realiza algún matiz y abre una puerta para que Puigdemont pueda ser investido presidente sin pisar el Parlamento, cosa bastante improbable.

Después de este pleno de hoy, el TC tendrá que resolver si admite a trámite o no el recurso del Ejecutivo de Rajoy y decidir si deja investir a Puigdemont o considera, como han aconsejado a los letrados del mismo TC, que no tienen competencias sobre la investidura del Parlamento catalán. Primero, sin embargo, todas las partes tienen diez días para presentar una alegación.