El periodista Jurek Kuczkiewicz, responsable de asuntos europeos del diario belga 'Le Soir', afirma en una conversación con el ACN que "decida lo que decida" al juez sobre la extradición de Puigdemont habrá "alboroto político". "Si es extraditado, a nivel europeo sería increíble porque, aunque pocos líderes lo digan públicamente, todo el mundo sabe que es muy poco normal tener líderes encarcelados por su actividad política", afirma.

Si, por lo contrario, no lo es, eso significará, según el periodista, una valoración negativa de cómo se ha gestionado la situación a escala jurídica en España. Analiza que si Puigdemont, Comín, Ponsatí, Monte y Serret son entregados en España, "internacionalmente y en términos diplomáticos o políticos" puede causar problemas para el gobierno belga, aunque asegura también que no tiene por qué pasar. "Con la situación judicial, por suerte para el Govern, el asunto es puramente judicial y es por eso que la euroorden fue inventada: son los jueces los que decidirán sobre la extradición", observación.

Sobre la posibilidad de que todo haga tambalearse el gobierno de coalición en Bélgica, Kuczkiewicz, que entrevistó a Puigdemont hace cerca de una semana, analiza que "hoy por hoy" la presencia del presidente y el resto de consellers en Bruselas no afecta directamente a su estabilidad. Con todo, no descarta que pueda ser un "peligro" más adelante si el gobierno belga tiene que tomar una decisión política o posicionar al respecto. "Sólo será un problema si alguien quiere hacer un problema", afirma apuntando hacia los nacionalistas flamencos, lo N-VA, el principal socio del gobierno liderado por Charles Michel.

Por otra parte, reconoce que no sabe qué haría lo N-VA en caso de extradición pero insiste en que, de momento, el Govern "no tiene nada que decir ni ha debatido sobre si reconocer o no la independencia de Catalunya". Según él, lo N-VA "no quiere ni tiene ningún interés que el gobierno se caiga por la cuestión de Catalunya" y atribuye a este hecho que ninguno de sus responsables se haya reunido -como mínimo públicamente- con Puigdemont. "Están siendo cautos en este sentido, es difícil para ellos", añade.

El exilio de Puigdemont en Bruselas es una situación "muy insólita"

El periodista remarca que la presencia en Bélgica del presidente y los consellers Comín, Monte, Serret y Ponsatí, cesados por el gobierno español, es una situación "muy insólita" y admite que está afectando al espacio público del país. "Es un exiliado político que hace unas semanas era presidente de una región de Europa. Por lo tanto, es una situación insólita legalmente y políticamente y está afectando porque toda la prensa internacional está aquí", comenta.

Kuczkiewicz también destaca que si bien Puigdemont asegura haber escogido Bruselas porque la ciudad es la "capital política" y donde se encuentran "el debate y las instituciones europeas", también ha venido a un país "cuyo primer ministro ha sido de los pocos que han expresado críticas por como se estaba gestionando la crisis catalana".

Lo que dijo Michel es un sentimiento "muy compartido" en Bélgica

El periodista de 'Le Soir', que ha tenido la ocasión de entrevistar al primer ministro belga, Charles Michel, está convencido de que el político no se arrepiente "en ningún caso" de sus palabras de denuncia de la violencia por parte de la policía española el 1-O, aunque se ha llegado a hablar de crisis diplomática. "He hablado un par a veces y creo que él sabe que lo que compartió en Twitter y lo que dijo, a pesar de ser cauto, refleja mucho un sentimiento compartido en Bélgica", explica.

En este sentido clarifica que si bien en Valonia e incluso en una parte de Flandes el independentismo no es una idea favorita, los belgas saben que estos tipos de problemas se resuelven "de forma política, con acuerdo y compromiso."

"En una entrevista me dijo que siempre acabas pagando las facturas de las frustraciones acumuladas durante varios años. Es decir, que si no das una respuesta a sus necesidades o demandas, las compartas o no, siempre tienes que pagar el precio", recuerda. Eso, dice, lo conocen bien en Bélgica, donde durante años la región de Flandes ha pedido más poder y lo N-VA ha pasado del 2% al 30% hasta entrar en el gobierno federal. "No resolverás el problema con la independencia pero tampoco poniendo en la prisión a sus líderes y esperando que se resuelva por arte de magia", concluye.