El vicepresidente de la Generalitat, Pere Aragonès, opina que PP, Cs y Vox son como "una muñeca rusa, y el mismo juego e instrumento de la derecha reaccionaria de siempre". Así se ha expresado el también conseller de Economía en una entrevista en la ACN, después de que se culminara el pacto entre las tres formaciones en Andalucía. Por otra parte, y con respecto a las reuniones con el gobierno español, Aragonès espera que el tercer encuentro entre Generalitat y Moncloa comporte "un paso más" para concretar una "respuesta democrática" al conflicto. Así, el conseller confía en una "mediación, acompañamiento, grupo de apoyo o reflexión" para que el diálogo y la negociación no sea exclusivamente entre los dos ejecutivos.

Después de que se consumiera el pacto en Andalucía -que mujer la presidencia de la Junta en PP, la presidencia del parlamento andaluz en Cs y la entrada de Vox en la Mesa-, este jueves por la mañana-, Aragonès ha sentenciado que Catalunya tiene que ser un "referente" en la defensa de los derechos de las libertades y la justicia, en frente de "la ola reaccionaria" que hay en Europa: "Eso sólo es posible con la independencia, porque Catalunya no puede ligar su futuro a una España que puede caer en manos de la extrema derecha", ha aseverado.

Tercera reunión con Moncloa

En la entrevista en la ACN, el vicepresidente recuerda que a la reunión del julio pasado los presidentes Quim Torra y Pedro Sánchez constataron "voluntad de avanzar en el diálogo". Y que a la cumbre del 20-D en Pedralbes se redactó una declaración conjunta donde la Moncloa admitía que hay un "problema político" que necesita una solución también "política y democrática". Así, Aragonès confía que el próximo encuentro -prevista para enero- entre él mismo; Artadi; la vicepresidenta española, Carmen Calvo; y un segundo representante del ejecutivo de Sánchez, sirva para dar un "paso más", para concretar una "respuesta democrática".

Según el conseller de Economía, "todo el mundo" sabe que el conflicto entre Catalunya y el Estado "tiene que acabar con una votación". Así, Aragonès defiende que cuando Sánchez propuso un nuevo Estatuto es porque quiere que la ciudadanía acepte, mediante las urnas, el marco político de referencia: "Admiten que en el fondo hay un problema de legitimidad democrática", sostiene. En esta línea, el también presidente adjunto de ERC reitera que la votación tiene que preguntar a la ciudadanía si Catalunya tiene que ser "un Estado independiente o no".

Mediación entre gobiernos

En declaraciones en la ACN, Aragonès también reclama una "mediación, acompañamiento, o un grupo de apoyo o de reflexión "para el diálogo entre la Generalitat y la Moncloa. "Dado que el conflicto es entre la mayoría de la sociedad catalana y las instituciones del Estado, sería positivo que la negociación no tuviera como único canal los dos gobiernos". Aragonés ha negado que de momento haya ningún nombre encima de la mesa porque el 20-D sólo se comunicó la propuesta, y el ejecutivo de Sánchez "tomó nota". "Esperamos una respuesta positiva", ha remarcado el vicepresidente.

Todavía sobre este posible "acompañamiento", el conseller de Economía ha constatado que en el lado catalán ha habido "siempre" gente dispuesta a hacer un papel de mediación. Asimismo, se ha mostrado convencido de que de parte del Estado también se encontrarían personas decididas a sumarse.

El Estado, sin propuesta política

Finalmente, y sobre los acuerdos del Consejo de Ministros del 21-D en Barcelona, Aragonès ha lamentado que las inversiones anunciadas son antiguas: "El problema no son las inversiones que se anuncian, sino las que se ejecutan, y en los últimos años vemos un índice de ejecución de inversiones presupuestadas muy bajo". De hecho, el vicepresidente opina que el ejecutivo español miró "qué tenía en el armario" para llevar algunas "medidas simbólicas" el 21-D.

"Eso evidencia que el Estado no tiene una propuesta para Catalunya, lo que tiene son medidas de propaganda, pero no una propuesta de fondo". Aragonès reclama a Sánchez, pues, que ponga las "medidas" para resolver el conflicto entre la sociedad catalana y las instituciones del Estado. "El Gobierno proponemos que la solución sea un referéndum de autodeterminación", ha concluido.