Cuenta atrás para la Diada de este domingo. Si año tras año estábamos acostumbrados a, durante los días previos, comentar los diferentes actos y conciertos, comprar la camiseta o bien decidir qué haríamos para comer el 11-S, este año los días previos a la Diada se comenta qué representantes políticos irán y cuáles no. El presidente del Govern, Pere Aragonès, ha reafirmado su posición una vez más y en una entrevista a Els Matins de TV3 ha subrayado que participará en muchos actos de la Diada "menos a uno en concreto"; la manifestación principal que cada año organiza la Assemblea Nacional de Catalunya (ANC).

 

"La Diada es plural y diversa y la población tiene que salir a la calle y movilizarse", ha empezado diciendo el presidente animando a los ciudadanos a manifestarse para, acto seguido, apuntar que "estamos en un momento en que lo más importante es que las aportaciones y la defensa de ideas y proyectos estén en positivo". Con eso, Aragonès ha vuelto a criticar el mensaje de la convocatoria de la ANC, el cual considera que va en contra del Govern, es por eso que ha recordado que "cuando hemos sido capaces de avanzar es cuando hemos trabajado para sumar". A pesar de no estar de acuerdo con el sentido de la manifestación convocada por la ANC, el presidente Aragonès ha animado a la gente a participar de todos los actos organizados por la jornada y ha asegurado que no pedirá a la ANC que cambie el sentido de su acto: "Sería positivo que fuera el máximo de inclusivo, pero las organizaciones son soberanas para decidir lo que quieran, lo respeto pero no lo comparto, por eso no voy".

ERC sigue los mismos pasos

Ningún conseller de ERC estará presente en la manifestación de la Diada organizada por la ANC. Los miembros republicanos del Govern rechazan estar en la manifestación porque no quieren participar en actos "contra independentistas". De esta manera, la consellera de la Presidència, Laura Vilagrà; el conseller de Empresa, Roger Torrent; el de Educació, Josep González-Cambray; la de Acció Climàtica, Teresa Jordà; la de Cultura, Natàlia Garriga; y la de Igualtat i Feminsmes, Tània Verge, sostienen el mismo argumento que el presidente de la Generalitat, Pere Aragonès, para no ir a la manifestación. El presidente ha restado importancia al posicionamiento divergente de ambos socios de coalición, lo que debe entenderse "como natural" en un ejecutivo de estas características que tiene "visiones y acentos diferentes", lo que además forma parte de la "transversalidad" del independentismo. "Pero yo voy a ser coherente con mi acción como presidente", ha sentenciado.

El presidente del Govern ya anunció la semana pasada que no estaría en la manifestación y ayer hacía lo mismo el presidente de ERC, Oriol Junqueras, el cual lamentaba que la manifestación es excluyente y que "va en contra de muchos independentistas y del independentismo mayoritario del país", y lo consideró un error. "A mí me gustaría poder estar y que el independentismo sumara en todos los ámbitos, también en el de la movilización en la calle", aseguró al mismo tiempo que apuntó que acciones como esta no contribuyen a la unidad.

Propuesta de autodeterminación

Aragonès ha avanzado que el próximo 27 de septiembre, cuando se celebra el debate de política general en el Parlament de Catalunya, hará una propuesta amplia para la autodeterminación ya que considera que "independientemente de la posición que tengamos sobre la independencia, nos tenemos que poner de acuerdo al hacer posible que la ciudadanía decida". Con estas palabras, el presidente ha querido dejar constancia de que él no renuncia a la autodeterminación pero que hay que ser consciente de que un referéndum reconocido no llegará "en una semana o un mes": "Un proceso de negociación necesita tiempo y el independentismo se tiene que fortalecer más", ha remachado.

Además, el dirigente de ERC ha defendido al mesa de diálogo y ha asegurado que está teniendo avances como los tres acuerdos alcanzados este julio. Aragonès ha insistido en que el objetivo principal de la mesa con el Gobierno es la desjudicialización del procés. "Desjudicialización quiere decir que nadie más tenga que entrar en la prisión y que las personas exiliadas puedan volver. No podemos confiar en una justicia española tan conservadora, pero podemos hacer reformas legislativas. Tenemos una legislación penal en el estado que se ha utilizado para perseguir ideas políticas, eso se tiene que reformar", ha pedido.