El presidente del Gobierno en funciones, Pedro Sánchez, ha asegurado que hablará claro sobre la amnistía y otras exigencias planteadas por las diversas formaciones políticas una vez reciba el encargo de intentar ser investido, según ha informado EFE. Así se ha expresado en una conversación informal con los periodistas que siguen su participación en varios eventos en Nueva York en el marco del nuevo periodo de sesiones de la Asamblea General de la ONU. Aunque el jefe del ejecutivo no ha hecho ninguna declaración concreta sobre la amnistía, ha asegurado que en todo momento hablará en público con claridad, de forma que se le entienda perfectamente y no deje lugar a ningún tipo de especulación. Eso sí, ha reiterado que en todo momento habrá que respetar el marco constitucional.

Sánchez ha pedido respetar los tiempos y esperar al intento de investidura del líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, que previsiblemente será fallido. Entonces, cuando llegue su turno, se pronunciará sobre posibles negociaciones y exigencias de los partidos independentistas y las otras formaciones políticas con las cuales necesita pactar para conseguir la mayoría que le permita ser investido. El líder socialista ha explicado que está coordinado con la líder Sumar, Yolanda Díaz, para conseguir un nuevo gobierno progresista, y se ha mostrado optimista sobre las posibilidades para conseguirlo. En este sentido, ha afirmado que no tiene un plan B y que no contempla una repetición electoral en enero.

En esta conversación con los periodistas, Sánchez también ha recordado una vez más la victoria del PSC en Catalunya en las pasadas elecciones generales como un aval para seguir haciendo una política dirigida a garantizar la "convivencia y la concordia" en el territorio. Además, ha señalado que, según algunas encuestas, solo un 10% del electorado catalán apuesta por la unilateralidad, y por ello, ha afirmado que hay que hablarle al "90% restante". Por otro lado, sobre la posibilidad de que una parte de la militancia del PSOE rechace el hipotético acuerdo para la investidura, Sánchez se ha mostrado convencido de que no habrá ningún problema, y que tanto los órganos como las bases del partido lo avalarán ampliamente. En este sentido, ha quitado hierro a las críticas de exdirigentes como Felipe González o Alfonso Guerra, ya que considera que no perjudican al apoyo al PSOE ni entre el electorado ni en la militancia.

El presidente español también ha aprovechado para reivindicar la importancia del procedimiento iniciado para oficializar el catalán, el euskera y el gallego en la Unión Europea; ha hecho énfasis en el hecho de que España se haya ofrecido a asumir el coste y ha defendido el hecho de priorizar el catalán a causa del número de hablantes. Por otra parte, ha cargado contra Feijóo, a quien ha acusado de actuar bajo el ala dura del PP, donde Sánchez sitúa al expresidente José María Aznar y a la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso. También ha valorado que el presidente del PP no ha sabido parar las alianzas con Vox en varias comunidades autónomas, y por todo ello considera que actualmente no tiene autonomía política. Como ejemplo, ha señalado la manifestación convocada contra la amnistía.