Después de que los representantes de la cúpula del PDeCAT viajaron ayer a Bruselas para abordar con el presidente en el exilio, Carles Puigdemont, el proceso de confluencia con JxCat y tuvieron oportunidad de constatar las diferencias que los separan, las conversaciones vuelven a recaer hoy en Jordi Sánchez, como representante de la Crida.

La previsión es que la reunión con Sànchez,  a la cual como es habitual asistirá también el secretario general de la Crida, Toni Morral, se celebre esta tarde en Lledoners, donde se espera al equipo negociador habitual de los demócratas, los mismos que ayer acudieron a Bruselas, es decir, el presidente del partido, David Bonvehí, junto con los miembros de la ejecutiva Ferran Bel, Marc Castells y Marc Solsona.

Los dirigentes del PDeCAT han evitado hacer ninguna valoración pública sobre la reunión en Bruselas, pero el mismo silencio abona la versión que se extiende por el partido, que apunta que la conversación con Puigdemont no hizo más que constatar las profundas diferencias entre unos y otros, que el president en el exilio no acepta la propuesta de Bonvehí de aparcar la confluencia y limitar el acuerdo a una coalición electoral, ni tampoco la exigencia del PDeCAT de mantener una cuota dentro de JxCat para preservar el peso del partido.

La proximidad de las elecciones es uno de los argumentos que sostienen la exigencia del PDeCAT de limitar el acuerdo a una coalición. De hecho, el partido está calentando su maquinaria electoral con la vista fijada en una convocatoria el 17 de mayo.

Las diferencias llegan hasta el punto que algunas versiones no descartan la posibilidad de una ruptura del PDeCAT con JxCat. Sin embargo, fuentes de la dirección demócrata subrayan que el equipo negociador deberá someter las conclusiones de las conversaciones a la ejecutiva y, especialmente, al consell nacional del partido, donde el apoyo a Puigdemont es muy mayoritario.