ERC y el PDeCAT están decididos a apoyar la moción de censura de Pedro Sánchez contra Mariano Rajoy siempre y cuando el candidato socialista no la estropee esta tarde cuando se enfrente dialécticamente con los portavoces soberanistas que lo interpelarán. Así que toda la presión se centra en el PNV, que había tomado la decisión de esperar a ver qué hacían los catalanes para no quedarse solo salvando a Rajoy. Desde este punto de vista todo apunta a que el líder del PP tiene las horas contadas como presidente del Gobierno. Sin embargo, que nadie se alabe hasta que se acabe y las 24 horas que faltan para la votación son una eternidad política durante la que pasarán muchas cosas dentro y fuera del hemiciclo. Con todo, algunas intervenciones del presidente español sonaban a despedida como cuando dijo que "yo continuaré siendo español" y, al final del debate con Sánchez, cuando en medio de una ovación de la bancada popular, ha cogido la maleta y se ha marchado voluntariamente solo.

Paradójicamente, la aritmética contradice la dialéctica, porque el enfrentamiento parlamentario entre Mariano Rajoy y Pedro Sánchez se lo ha llevado el primero de calle. De hecho, el comentario más repetido al finalizar el duelo sobre la actuación de Sánchez era que había estado "muy flojo". Rajoy ha sido durísimo en todos sus ataques pero destacando todas las contradicciones del candidato socialista, que éste no sabía cómo replicar. Rajoy ha señalado incluso las contradicciones de los grupos como Podemos o PDeCAT en su apoyo. El líder del PP se ha permitido citar todos los insultos de Sánchez al president Quim Torra, recordando que él nunca ha hecho nada parecido. Sánchez ha abandonado el hemiciclo con cara seria como el púgil que ha perdido el combate, pero en los pasillos se comentaban más los números favorables a la caída de Rajoy.

La crisis con Catalunya ha estado omnipresente a lo largo de la mañana en todas las intervenciones y seguro que continuará. No hay que olvidar que el Gobierno puede intervenir siempre que quiera y sin límite de tiempo. Y tampoco hay que descartar sorpresas de última hora. Mariano Rajoy se ha hartado de recordar frases y frases de dirigentes socialistas contrarios a aceptar el apoyo de los soberanistas ni en una moción de censura. La posibilidad de un tamayazo tampoco está descartada.