El pleno del Parlament ha aprobado por unanimidad un nuevo código de conducta de los diputados. El código fija que los diputados puedan recibir regalos y obsequios por valor máximo de 150 euros, tendrán que hacer públicas sus agendas y los obliga a presentar una declaración de intereses económicos.

Uno de los aspectos más polémicos del código hace referencia a la introducción de una enmienda que insta al diputado a rendir cuentas de sus bienes y actividades pero también de sus familiares hasta segundo grado de parentesco o consanguinidad. Si algún diputado comete una infracción, puede recibir una amonestación pública y, en casos más graves, una multa que irá de los 600 a los 12.000 euros.

Todos los grupos han reconocido que con este código no se pone fin a las malas prácticas ni a la corrupción y por eso hace falta que los órganos del Parlament "no bajen la guardia" para detectarlas. El vicepresidente primero de la Mesa, Lluís Corominas, ha admitido que "de hoy para mañana la gente no será menos corrupta, pero este texto le pone más difícil". Además, según Corominas, el código de conducta generará más confianza de los ciudadanos hacia los poderes públicos.

El texto, elaborado por la Mesa y enmendado por los grupos parlamentarios, ya fue aprobado en comisión el pasado 25 de julio. Los parlamentarios tendrán que actuar siempre teniendo en cuenta el interés público, con honestidad, transparencia, integridad y actitud ejemplar. Define como un "deber de los parlamentarios" asistir a las reuniones, sesiones, debates y votaciones del pleno, así como a las comisiones.

Todos los diputados tendrán que presentar a la Comisión del Estatuto de los Diputados una declaración de intereses económicos y la tendrán que mantener actualizada. Además, tendrán que rendir cuentas de sus bienes y patrimonio y también de sus familiares de hasta segundo grado de consanguinidad, pero no hasta el cuarto grado como pedía la CUP.