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Papá Noel en sus orígenes era verde. Es una historia que pocos saben. Por cuestiones de marketing, Coca-Cola popularizó la imagen teñida de rojo que viste este personaje que deja regalos en las casas la noche del 25 de diciembre y que compite con la marca autóctona catalana –el tió. La genuinidad se vio reemplazada entonces por las ventas y la competencia encarnizada.

Alegorías de la política, hoy en Vista Alegre, Madrid, los seguidores de Ciudadanos lucen esos mismos gorritos navideños que protegen del frío, mientras los autobuses descargan ríos de gente que desfila hacia la plaza. “Venimos por Albert”, dice una abuela.

Albert, los orígenes

Los mítines de Ciudadanos son también hoy una buena apuesta de marketing. Regresamos a 2012, la última vez que Albert Rivera compareció en un hotel a escala humana –el Hesperia, de l'Hospitalet. Su madre saludó a los periodistas: "Albert no es de Barcelona, vive en La Garriga". Es decir, uno de los municipios con mayor renta per cápita de Catalunya. Ni banderas, ni mucho menos comitiva doctorada en Economía, Derecho o ADE, como la que hoy encabeza el catedrático Luís Garicano.

En aquel mitin había un joven que atrapaba, sin muchos ornamentos, por su discurso antinacionalista catalán. Se anunciaba el sorpasso al PSC, pero sólo le llegaba para repartir corazones tripartitos con la bandera española, la europea y la catalana. Era el único merchandising que intercambiaban un centenar de familiares y amigos.

Madrid, Carabanchel

Albert no es ya aquel joven de los carteles semipornográficos. Hoy se persona en grandes escenarios. Curiosamente, Carabanchel es uno de los barrios más humildes de la capital. La gente de la grada, como entonces en l'Hospitalet, también ha venido con la familia: padres, madres, y jóvenes están muy animados.

Alguien pide por la megafonía "por favor, se sienten, que vamos a controlar el aforo". Dicen que hay 10.000 personas. Habría que contrastarlo. Ondean banderolas de la formación naranja. Mientras que a los periodistas se les congelan las manos esperando más de dos horas, se reparten melindros y chocolate. Cortesía de la casa.

Tienen presentadores que recuerdan a Noche de Fiesta de TVE1. Llevan micros y tarjetones y saben moverse ante la cámara. Son el actor Toni Cantó y Beatriz del Pino, con experiencia en Antena3, Telemadrid... Con aires de Valle-Inclán en Luces de bohemia, Cantó afirma que "esto parece lo que en teatro se llama un sold-out". El aforo completo hasta la bandera –naranja– vaya.

Primer presidente catalán

Como los buenos productos, Ciudadanos tiene un buen eslogan –"con ilusión". Mientras la gente espera, se emiten vídeos cinematográficos. Uno explica que los españoles huyeron de las dos Españas y Albert aparece rodeado de gente normal, con quien el electorado se identifica fácilmente.

De pronto, alguien proclama "Albert, presidente" y todos lo acompañan: "yo soy español, español, español...". El presentador de platea pregunta a Carlos Carrizosa, portavoz de C's en el Parlament, si puede haber un presidente catalán. El silencio y la incomodidad dejan oír a las banderolas romper el viento como aspas de molino. Pero Carrizosa dice que ese será Albert y la gente recupera el aliento y se exalta: “Catalunya es España”.

Los vídeos siguen. Incluso hay uno que hace reír a la gente: “El Equipo A de Ciudadanos”. Con música. Tienen inventiva, sería falso negarlo. Y seguramente, también dinero. Si no, no se entiende de dónde sale todo este merchandising.

Ciutadans Míting Vista Alegre

Inés, división antiescrache

Inés Arrimadas sube a la palestra, cruzando la pasarela hasta el escenario. Asegura que hoy Ciudadanos ha conseguido y conseguirá aquello que los independentistas no pueden hacer: reunir a España y arreglarla sin romperla. Arrimadas está espléndida y la clava. Es más ella de lo que puede apreciarse en el Parlament. Asegura que Albert es una persona positiva y un líder, como Suárez, que encabezará el cambio.

La mano derecha de Rivera dice que ella tiene que ir con escolta por Catalunya y que él [Rivera] ha sido amenazado de muerte después de recibir escraches. La sutileza con que vende a Rivera, marca catalana, y al mismo tiempo deja a los ciudadanos de Cataluña como intolerantes y antidemocráticos pasa desapercibida con una frivolidad que no asusta a nadie. Ella es el estandarte de la lucha antiseparatista contra Mas, a quien Albert “deja sentado en el escaño con sólo cuatro palabras”. Y remata: "Si Ciudadanos no existiera, habría que inventarlo".

Gandhi y Luther King

La presentadora dice que hoy Ciudadanos es trending topic mundial. También lo son las grandes marcas. Albert, el mejor producto de la casa, sube al escenario. Está nervioso. Después de todo, es un ser humano que seguramente nunca hubiera imaginado que llegaría tan lejos.

De golpe, saca una pelota que ha firmado a un seguidor y la lanza con bastante fuerza hacia la otra punta del “estadio”. No es un estadio, pero Rivera dice que lo parece. De golpe, uno se contagia por la ilusión. El mitin es divertido y animado. Atrapa.

Quizás porque Rivera es la respuesta a la política desilusionante de Moncloa, la gente no puede creer que haya una persona tan limpia, natural, abierta e implacable. Pero él sigue y cita a Gandhi: “primero nos ignoran, luego nos insultan... y luego ganamos”. Aplausos, gritos. Vuelven las citas de Suárez. Ellos son el centro político que “tiene un nuevo proyecto para España”. Albert tiene "un sueño", como Luther King en Washington en 1963. Lo repite y lo repite.

De Girona a Obama

Lo había dicho Carrizosa: “El último pueblo de Gerona es tan catalán como la Castellana”. Rivera afirma que a diferencia de los otros, ellos no gobernarán con los que quieren romper España. Se citan más políticos y personajes destacados: Roosevelt, Pascal, Kennedy: "Los españoles nos tenemos que preguntar qué vamos a hacer por nuestro país".

Aprovecha también para recordar que Pablo Iglesias no suscribe acuerdos de Estado, que el lema de Pedro Sánchez es gobernar sólo "para la mayoría", y que si quieren cuatro años más de Rajoy, que voten al Partido Popular. La gente silba y ríe a partes iguales.

Rivera acaba. Cita a Obama. Pero quizás Albert no sabe que el presidente de los Estados Unidos vendió unas expectativas tan elevadas que no podía más que decepcionar. En las gradas se observa que Pepsi patrocina el estadio. El Papá Noel de Ciudadanos seguramente sería naranja y tomaría esa bebida. Pero cuidado. La cola, cuando se agita, hace espuma, ante la tristeza del consumidor cuando observa que, al desvanecerse, hay poca sustancia.