El tándem Casado-Cayetana ha escogido un espacio cargado de simbolismo para la parada en Catalunya de la campaña del candidato del PP a la presidencia del Gobierno. El salón Martí L'Humà, junto al Salón del Tinell. Allí se selló el primer tripartito, en el año 2003, que dejaba fuera de cualquier ecuación al PP, "uno de los episodios más tristes de la historia reciente", ha afirmado Casado, "el partido socialista construyó un cordón sanitario". Años antes, en 1976 ahí mismo pronunció su primer discurso el rey Joan Carles I.

Una sala pequeña, que ha reunido a una setentena a cuadros del partido. El acto ha contado con una estrella invitada, el exsocialista y exfundadora de UPyD Rosa Díez. El objetivo de la imagen: resucitar la mano dura contra el independentismo y combatir la fragmentación de voto, taponando los escapes hacia Cs y VOX que en abril pasado hundieron al PP a los peores resultados de su historia.

Durante su intervención, Casado ha dado un repaso histórico, dibujando as décadas de los 80 y 90 como los "buenos años". Una etapa que, según ha explicado, fracasó con la llegada de Zapatero y el pacto del Tinell. En la línea de la actitud adoptada durante el debate electoral del lunes, se ha empleado en airear el miedo al independentismo, dando por hecho que si el PSOE saca un voto más que el PP, Pedro Sánchez recuperará "la coalición Frankenstein", en alusión al intento de acuerdo entre los socialistas, Podemos y los partidos independentistas. "No hay nada más patriótico que expulsar a Pedro Sánchez del gobierno", ha sentenciado.

Como siempre, Cayetana Álvarez de Toledo ha ido un paso más allá, calificando a los socialistas de ser "infiltrados del nacionalismo". Asimismo ha aprovechado para cargar contra Cs por el hecho de que Arrimadas renunciara a presentarse a la investidura a la presidencia de la Generalitat tras su victoria en las elecciones del 21-D. También ha tenido para VOX, un partido al cual ha definido como "tribalistas desleales". 

El voto nómada

Casado ha hecho de telonero de la auténtica protagonista de hoy. Constitución en mano, Rosa Díez ha tomado la palabra para dejar claro que ha venido porque "le da la gana, consciente de que se trataba de un acto de partido." La excreadora de la desaparecida UPyD se ha presentado como "ciudadana sin carné" que este 10-N ejercerá un "voto nómada", que se moverá de partido.

Rosa diez   europa press 

La presencia de Rosa Díez -que en su día militó también en el parido socialista y que con UPyD intentó una alianza con Albert Rivera- es reivindicar el espíritu de España Suma, el intento frustrado del PP de crear una lista unitaria con Cs. Los populares reclaman ahora que el voto por la unidad de España se aglutine en la candidatura de Pablo Casado, porque "eso no va de izquierda o derecha, lo que está en cuestión es la orden constitucional", ha defendido Díez.

Crítica directa a la receta de "el valium y el ibuprofeno" del PP con el independentismo

El acto, que ha contado con la presencia de históricos dirigentes del PP catalán como Xavier García Albiol y Alberto Fernández Díaz, ha estado cargado de críticas hacia la gestión que los populares hicieron del conflicto catalán y que la propia Díez ha calificado "de entreguismo". Es más, le ha hecho prometer a Casado que eso no se volverá a repetir y ha pedido que "se aprenda de los errores del pasado" y no se vuelva a caer en el apaciguamiento del nacionalismo como receta".

El líder del PP se ha comprometido con la mano dura contra el independentismo, al cual ha definido como "turba". Díez se ha mostrado satisfecha por haber arañado la garantía de Casado que "no habrá más valium ni más ibuprofeno" para gestionar la relación con el independentismo.