El presidente del PP, Pablo Casado, ha vuelto a poner encima de la tabla de la ley de partidos y ha defendido que cualquier organización que reivindique actos bélicos y violentos tiene que ser ilegalizada "como hacen Arran y la CUP". "Hay una cortina de humo por tapar que hay personas en España que animan la violencia", ha asegurado Casado en una entrevista en la cadena SER, en referencia al gobierno de Pedro Sánchez.

El líder del PP no ha salido del guion y ha vuelto a vender la imagen de una Catalunya violenta poniendo coma ejemplo el ataque con pintura en la casa del juez Pablo Llarena o a la comisaria de la policía española en Terrassa.

Preguntado sobre si la exaltación del franquismo tendría que estar prohibida, el líder del PP ha considerado que si era violenta sí. Con todo ha criticado que el gobierno de Pedro Sánchez ponga "señuelos" con mociones para condenar el franquismo o la exhumación de los restos del dictador por evitar hablar de lo que pasa ahora en España. A su parecer, el franquismo quedó sellado con la transición y la Constitución. "En este tema no pienso gastar ni un minuto más".

Expulsión y escupitajo

Casado se ha lamentado de la sesión de control del miércoles a Congreso, que acabó con la expulsión de Gabriel Rufián con la acusación de un escupitajo fantasma al ministro Josep Borrell. "La sesión parlamentaría es para olvidar", pero en vez de hacer autocrítica ha aprovechado para cargar contra los partidos independentistas. "Es lamentable que el gobierno de España dependa de socios como Rufián".

En este sentido ha destacado que "independientemente de la ideología se tiene que respetar las instituciones y el PDeCAT, ERC y Bildu no lo hacen", ha dicho.

Whatsapp

En relación a la ruptura del pacto con el PSOE para la renovación del Consejo General del Poder Judicial, Casado ha insistido en que la información del whatsapp enviado por Ignacio Cosidó es falsa y ha asegurado desconocer quién lo ha escrito. Ha acusado al gobierno español de romper el pacto al filtrar el nombre de Manuel Marchena como presidente del CGPJ, hecho que ha atribuido a rivalidad dentro del Consejo de Ministros.

El líder de los populares no ha querido contestar a la pregunta de porqué no rompieron el pacto en aquel momento, sino que lo hicieron una semana después, una vez hecho público el whatsapp y la negativa de Marchena a presidir el CGPJ. Casado ha insistido que, por sentido de Estado, aceptó negociar con los socialistas la renovación del poder judicial en verano y ha reclamado al gobierno de Pedro Sánchez que deje de instrumentalizar las instituciones.