Entre el triplete de abogados del juicio al mayor Josep Lluís Trapero y la cúpula de interior está Olga Tubau. Algunos ya la pudieron ver en acción en el juicio en el Tribunal Supremo acompañante Trapero, que declaró como testigo. Sus intervenciones en el momento justo y su saber estar fue el preludio de toda una exhibición de estrategia de defensa que se ha empezado ya a ver esta semana en la Audiencia Nacional.

La cata del Tribunal Supremo fue el adelantesala de lo que vendría un año después.

Esta semana, Olga Tubau hizo perder los nervios a Diego Pérez de los Cobos. Nunca hasta ahora habían visto al que fue responsable de la coordinación del dispositivo policial del 1-O perdiendo el control.

La abogada entra en juego como un combate de esgrima y sin que se dé cuenta de ello el adversario le hace caer el florete.

Tubau es contundente, a la vez que paciente en su firme voluntad de desmontar los casos en los cuales trabaja con un trabajo silencioso y muy laborioso. La abogada rodea la presa hasta dejarla perdida en su relato. Y así fue con De los Cobos.

Sus interrogatorios empiezan provocando respuestas cortas para situar los hechos y, con una especie de danza hipnotica, Tubau llega al final acosando al testigo.

La abogada lo hace, además, con un estilo elegante. Es una dama en medio de un terreno pantanoso que va desgranando el relato sin enfangarse. Su estilo peculiar, cuando repregunta, cuando repite palabras concretas de las respuestas, no sólo remagullan la importancia que quiere dar en cada una de sus preguntas para activar la atención del Tribunal, sino que, además, ponen muy nervioso al testigo que puede perder el relato y dar un mal paso en medio de su declaración favoreciendo a su cliente.

Un estilo que hasta ahora los espectadores del juicio del procés no habían podido probar. Es una defensa técnica, como la que tuvo el abogado del conseller Joaquim Forn, Xavier Melero, y que capta la atención y puede llegar a desmontar algunas de las acusaciones. Tubau, sin embargo, no lo tiene fácil. Se enfrenta a los 11 años por rebelión que piden para Trapero y 4 años a Teresa Laplana, de quien también es abogada.

La abogada se licenció en 1985 por la Universidad de Barcelona y se formó en el despacho Jufresa, que fue cuna de prestigiosos abogados catalanes. Olga Tubau —del bufete Tubau & Lajara & Echavarri— fue también abogada de Santi Vidal en el procés abierto al juzgado de Instrucción 13 de Barcelona, origen de toda la causa general contra el independentista.

Recomendada a Trapero por los servicios jurídicos del Departamento de Interior, la abogada llegó avalada por la credencial de haber conseguido, contra pronóstico, la absolución de los antidisturbios acusados de reventar el ojo a Ester Quintana con una pelota de goma. Asumió el caso en su recta final, pero le dio la vuelta sembrando la duda sobre el artefacto que provocó las lesiones. Ahora tiene la difícil misión de salvar a Trapero y a Laplana.