Entre mañana y el viernes, está previsto que el Tribunal Supremo emita su veredicto sobre los indultos a los presos políticos. Pedro Sánchez ya ha empezado a preparar el terreno, asegurando que la "venganza" no es un "principio constitucional", y la derecha ya hace días que amenaza con acudir a los tribunales si se les acaba concediendo la medida de gracia. Este choque frontal de posiciones se ha vuelto a evidenciar este miércoles en el Congreso de los Diputados, durante la sesión de control al Gobierno. Pablo Casado le ha pedido que responda si "indultará a los condenados por sedición", lo que supondría una "traición a la Constitución". El presidente español le ha replicado en los mismos términos de las últimas horas: "Hay tiempo para el castigo y otros para la concordia".

 

El contexto político español ya hacía pensar que la sesión de control de este miércoles sería monotemática por parte de la derecha. Y Pablo Casado ha confirmado las sospechas, después de que ayer modificara su pregunta. El líder estatal del PP le ha reprochado declaraciones suyas del pasado, defendiendo el "cumplimiento íntegro" de las condenas o contra los referéndums ilegales. "Se debe a ellos (los independentistas) y no a los españoles", le ha soltado el líder de la oposición, que ha considerado que los indultos serían "una traición a la Constitución", "a la legalidad" y a la "igualdad entre españoles", porque no cumplirían los requisitos. Y le ha preguntado directamente: "¿Indultará a los condenados por sedición? ¿Sí o no?". Ha reiterado que La Moncloa "ha ido demasiado lejos" y que recurrirán los hipotéticos indultos al Tribunal Supremo. Y cuando gobiernen, modificarán la ley del indulto para los condenados por sedición y rebelión y volverán a tipificar la convocatoria ilegal de referéndums.

Pero Pedro Sánchez no se ha dejado intimidar por la ofensiva política de la derecha. El presidente del Gobierno ha empezado recordando que el referéndum del 1-O y la declaración de independencia tuvieron lugar durante el gobierno de Mariano Rajoy. Dicho esto, ha enfrentado la carpeta caliente de los indultos. Una vez más no lo ha dicho abiertamente, pero ha allanado el camino. "La Constitución recoge el castigo y la concordia. Hay un tiempo para el castigo y otro para la concordia", ha sostenido el dirigente socialista. Ha garantizado que tomará la decisión "en conciencia en beneficio de la convivencia entre todos los españoles". Y ha garantizado que tomaría la misma decisión "si el gobierno progresista tuviera 300 escaños".

En este contexto, como ya hizo este martes, el presidente español ha reclamado al Partido Popular que "al menos se comprometan con el Estado y defiendan al Gobierno como hicimos nosotros" el otoño del 2017. Ha acusado a los conservadores de "debilitar los cimientos del Estado" con el referéndum y la declaración unilateral de independencia.

Las declaraciones de Sánchez ayer en Bruselas y hoy en Madrid se enmarcan en una estrategia de ir picando piedra del resto de su Gobierno. Si el lunes el ministro de Justicia, Juan Carlos Campo, llamaba a asumir con "naturalidad" los indultos, sean favorables o desfavorables, totales o parciales, este martes la ministra portavoz María Jesús Montero defendía que la decisión se tomará teniendo en cuenta "el interés general de España".

Todo esto llega después de la derrota de los socialistas en Madrid, que aboca a Sánchez a la mayoría de la investidura. Y después de la conformación del Govern Aragonès, que debería facilitar las relaciones con la Generalitat. La derecha ya ha recuperado, durant la sesión de hoy, el concepto de "felonía".

Podemos lo celebra

Desde de Unidas Podemos han expresado su satisfacción por la posición del PSOE y Pedro Sánchez en esta cuestión. Mientras ellos no se han movido, constatan cómo los socialistas "han pasado del 155 a los indultos". De la misma manera, apuntan que no hay ningún tipo de problema interno en La Moncloa, "todo lo contrario". Las mismas fuentes aseguran que no presionarán ni pondrán prisa, porque ven a las dos formaciones en el mismo posicionamiento.