El presidente de los EE.UU., Barack Obama, empieza esta mañana la agenda de su primera visita oficial a España con una recepción en el Palacio Real a la cual seguirá un encuentro con el Rey Felipe VI, dentro de un programa que se ha reducido al haber avanzado el retorno a su país por el tiroteo de Dallas. Por lo tanto, una visita que no durará ni 24 horas, ya que Obama tiene previsto volver a los Estados Unidos este domingo por la noche, después de haber aceptado la invitación del alcalde de Dallas, Mike Rawlings, para viajar a la ciudad a principios de la semana.

El Rey recibió anoche Obama a su llegada al aeropuerto de Torrejón de Madrid procedente de Varsovia, donde participó en la cumbre de la OTAN, y esta mañana el monarca hará de anfitrión suyo en el Palacio de Oriente. Después de entrevistarse con Felipe VI, en compañía del ministro de Asuntos exteriores, José Manuel García-Margallo, Barack Obama se desplazará hasta la embajada de los EE.UU., donde mantendrá un encuentro con los funcionarios.

Después será recibido en el Palacio de la Moncloa por el presidente del gobierno español en funciones, Mariano Rajoy. Según la agenda del presidente norteamericano, después de conversar sobre cuestiones de interés bilateral, del panorama nacional e internacional, los dos harán una declaración ante los medios de comunicación. Su último acto oficial en Madrid tendrá lugar en la base aérea de Torrejón, donde ha convocado a las tres de la tarde a los líderes de los tres principales partidos de la oposición, el socialista Pedro Sánchez, el dirigente de Podemos, Pablo Iglesias, y el de Ciudadanos, Albert Rivera.

Desde allí irá hacia la base naval de Rota en Cádiz. Una base de uso conjunto para España y EE.UU. desde hace más de 60 años. De hecho, Obama se dirigirá en Rota a las tropas norteamericanas y españolas de una base donde permanecen fondeados desde el pasado mes de septiembre cuatro destructores de EE.UU. integrados en el escudo antimisil de la OTAN. Por lo tanto, no irá a Sevilla como estaba previsto inicialmente y con esta visita acabará su breve estancia en España, marcada por la matanza de Dallas, donde murieron seis policías y el alcance de los cuales lo ha obligado a retornar antes a su país.

Se trata de su primera visita a España, justo seis meses antes de dejar el cargo, y también la primera de un presidente norteamericano en 15 años.