Nuevos testigos han desacreditado la versión de la Guardia Civil para condenar a los ocho jóvenes de Altsasu. Los declarantes, que no habían sido admitidos durante el juicio oral, han testificado este miércoles en la Audiencia Nacional, durante la vista de apelación. Entre estos está la amiga de una de las parejas de la Guardia Civil involucradas en el incidente, así como varios jóvenes que han confirmado que uno de los acusados ni estaba en el lugar de los hechos. Según las defensas y las familias, "desmontan" el "montaje" contra los jóvenes.

Después de los recursos de apelación tanto de la defensa como de la acusación, este miércoles se ha celebrado la vista, que los jóvenes encarcelados han seguido por videoconferencia y que ha quedado vista para sentencia. Se han aportado nuevas pruebas documentales y han comparecido hasta seis nuevos testigos.

De estos testigos, varios han confirmado que Jon Ander Cob, condenado a nueve años de prisión, ni siquiera estaba en el lugar de los hechos, donde tuvo lugar la pelea, el bar Koxka. Diversos de los amigos que estuvieron con él aquella noche han explicado que él se quedó en otro bar, y que no pisó el Koxka.

Iñaki Grados, uno de los comparecientes, ha relatado que salieron juntos del frontón a medianoche y fueron a un bar distinto, donde estuvieron alrededor de una hora. "Yo me fui al Koxka y él se fue, no me acompañó", ha indicado. El mismo testigo también ha asegurado que coincidió con Julen Goikoetxea (condenado a nueve años), a quien no vio involucrado en los incidentes con los guardias civiles. Tampoco participó Oihan Arnanz (condenado a 13 años), que "estaba en el fondo del bar y en ningún caso salió a la calle".

La amiga de la pareja de un Guardia Civil

Por otra parte, Amaia Martín, amiga de María José, una de las parejas de los guardias civiles, ha desmontado las alegaciones de la acusación, que decía que quedó en un estado de "semi-inconsciencia". Martín ha explicado que la vio asustada, que le dijo si quería ayuda, y que le dijo que no necesitaba. De la misma manera, ha señalado que le envió un mensaje de WhatsApp y que ni siquiera le respondió. También ha declarado que no vio a Jon Ander.

La Audiencia Nacional los condenó por delitos de atentado a agentes de la autoridad, lesiones, desórdenes públicos y amenazas. Impuso las penas más altas previstas por los delitos y aplicó las circunstancias agravantes de abuso de superioridad y odio para establecerlas, no consideró sin embargo que los condenados tuvieran que serlo por los delitos de terrorismo que pedían tanto la fiscalía como las acusaciones popular y particular, ya que, tal como fijaron los magistrados en la sentencia, "no ha quedado plenamente acreditado la finalidad terrorista de su acción y tampoco su vinculación o pertenencia a ETA".

Testigos clave

Para tratar de desacreditar a los nuevos testigos, el fiscal José Perals ha preguntado a algunos de los comparecientes si habían participado en la manifestación que tuvo lugar dos días después de la pelea en Altsasu. "No estamos ante una causa general contra los ocho condenados", ha asegurado el representante del ministerio público, que también ha argumentado que los bares estaban muy cerca de uno del otro.

"Estamos en presencia de un delito de atentado contra agentes de la Guardia Civil y dos mujeres brutalmente agredidas", ha insistido el fiscal. Ha desacreditado a los testigos afirmando que "ha quedado acreditado que no vieron ni la agresión ni lo que pasó".

Por su parte, el Comité de Víctimas del Terrorismo (COVITE), que actúa de acusación popular, ha criticado que "llevan testigos tantos meses después que saben perfectamente en Altsasu lo que se declaró" durante el juicio oral.

Para las defensas, estos testigos son clave para revocar la sentencia. Durante la vista de apelación, han pedido la absolución tanto para Julen Goikoetxea como para Jon Ander Cob.