Novedades en el juicio contra los miembros de la mesa del Parlament con un nuevo triunfo de su exvicepresidente, Josep Costa. Este había presentado una recusación contra el juez Carlos Ramos que el Tribunal Superior de Justicia de Catalunya ha acabado aceptando, apartándolo del juicio contra el mismo Costa, el exvicepresidente de la Cámara catalana Roger Torrent, y Eusebi Campdepadrós i Adriana Delgado, que habían sido secretarios de la Mesa. A principios de julio, Costa consiguió hacer prosperar la recusación por falta de imparcialidad contra el presidente del TSJC, Jesús Maria Barrientos. Ante este hecho, decidió presentar hace dos semanas una nueva recusación por la misma razón contra Carlos Ramos, que ha acabado prosperando, planteando la posibilidad de recusar también la instructora de la recusación, Maria Eugènia Alegret.

Costa ya ha celebrado esta decisión del TSJC con un tuit en Twitter, donde ha escrito: "El TSJ acaba de anunciar que también ha aceptado mi recusación contra el magistrado Carlos Ramos, que fue nombrado a propuesta del PSC. Paso a paso, seguimos desmontando la farsa de juicio orquestado para seguir silenciando la voz de los catalanes representada en el Parlament. Seguimos".

Programado para el 12 de julio

En un principio, este juicio se había programado para que empezara el pasado 12 de julio, pero con la decisión de recusar a Barrientos el TSJC anunció que quedaba suspendido con el fin de conformar un nuevo tribunal, según las normas de reparto y sustitución vigentes. Además, hay que tener en cuenta que la sala civil y penal del TSJC tiene muy pocos magistrados y, como en el caso del juicio de la segunda Mesa, es habitual que solicite refuerzos de otras secciones para conformar el tribunal.

En el caso de Carlos Ramos, la fiscalía y Vox posicionaron en contra de Costa. En el primer caso, le reprochó que "de nuevo vuelve a atribuir una supuesta e irreal falta de imparcialidad" al magistrado. "La presente recusación falta de fundamento y es patente su carácter fraudulento, dado que la intención del acusado -la actitud obstruccionista a lo largo de toda la tramitación de la causa principal es notoria- no es otra que la de intentar dilatar la celebración del juicio oral contra él mismo e intentar apartar -mediante los sucesivos incidentes de recusación- a cuántos magistrados sean designados para formar parte del Tribunal que lo tiene que juzgar", aseguraba. También Vox denuncia un "uso indiscriminado del instituto de la recusación".