Carmen Navarro, tesorera del Partido Popular desde el año 2010, es quien más información disponía sobre el caso Bárcenas de los tres comparecientes que han desfilado por la comisión de la caja B del partido este jueves en el Congreso –los anteriores, Rosendo Naseiro y Ángel Sanchís. Pero como ya hizo el extesorero y compareciente Luis Bárcenas, se ha escudado en su procedimiento judicial para no explicar nada del suceso de los discos duros rotos a golpe de martillo. También ha negado que hubiera sobresueldos en el PP, pero ha admitido "gastos de representación" a diputados, "trabajadores y colaboradores". No, a miembros del Gobierno.

Navarro ha indicado que los populares cobraban estas dietas –que serían legales– como un plus al salario que reciben de las instituciones donde son escogidos para llevar a cabo tareas del PP. Al diputado de Ciudadanos, Toni Cantó, eso le ha sorprendido porque en su formación sería al revés, son los cargos electos los que dan una parte de ingresos para financiar el partido. Así y todo, la tesorera ha reivindicado que esta era la forma de trabajar en Génova y que no tenía que ver con los sonados sobresueldos ilegales.

También ha negado que el PP haya recibido donaciones de empresas, ya que en la actual ley de partidos eso está prohibido. Es el único argumento que ha aportado para evitar más debate al respecto.

Asimismo, la compareciente ha desvinculado la financiación del PP de las cuentas de los grupos municipales, que ha dicho que son "autónomos". Algunos de estos presentan casos de corrupción como Feria de Valencia o Taula. Ahora bien, ha reconocido que han introducido la contabilidad 'on line', con un plan de auditorías y reuniones de coordinación con gerentes provinciales y regionales del partido para "observar qué pasa en estos territorios y poder detectarlo rápidamente".

De hecho, la tesorera se ha refugiado en que ella llegó al partido el año 2010, es decir, un año después de que Bárcenas lo dejara, para presentar la situación como ajena para desvincularse de la caja B. "He venido a gestionar el presente, no a investigar el pasado", se ha jactado. Ahora bien, ha reconocido que impulsó una auditoría en Génova por los escándalos surgidos en prensa, donde concluyó que el partido estaba "muy bien en contabilidad". Ha insistido en que una auditoría no es en ningún caso una "investigación", ante las sospechas de Cantó.

Navarro ha huido de hablar sobre los discos duros rotos a golpe de martillo, el episodio que suscitaba mayor interés. Se ha limitado a decir que eran los ordenadores usados por Bárcenas, no de Bárcenas. "Estoy en mi derecho de defensa, y con respecto a la justicia", ha dicho. Eso no ha impedido el portavoz de Compromís, Joan Baldoví, descargar sus preguntas. ¿"Por qué despidieron al informático? ¿Cómo sabe que no tenían ningún dato? ¿Si no tenían ningún dato, por qué los eliminaron"?, ha pedido. El valenciano también ha recordado que se"rayaron" los discos duros, se sobreescribieron archivos más de 35 veces y se"destruyeron" los libros de visitas, según sumario judicial.

Más paternalista se ha mostrado el portavoz de ERC, Joan Tardà, quien ha invitado a Navarro a reflexionar "de forma didáctica" sobre la corrupción. "Como no hablo de lo anterior, al menos contestaré eso", ha dicho ella. "Admitan que han obrado mal", ha exigido Tardà. "Mire, este trabajo es muy ingrato y encima ustedes me riñen", se ha vuelto la extesorera. "No es nada personal", ha remachado el republicano. "Yo estoy muy tranquila y satisfecha de mí".

Y en medio de la reflexión vital, el de ERC ha resumido la comparecencia: "Es evidente que esta comisión sirve para bien poco", ha cerrado, pues los tres comparecientes de la jornada han negado la existencia de la caja B.