Horas antes que se produzca el primer encuentro entre el president Pere Aragonès y Pedro Sánchez desde que estalló el CatalanGate y La Moncloa se defendió asegurando que los móviles del presidente español y el de la ministra de Defensa, Margarita Robles, también habían sido espaits, la vicepresidenta del Gobierno Nadia Calviño ha valorado muy positivamente este encuentro y ha asegurado que Sánchez estará encantado de reunirse con el president Aragonès. Hay que tener en cuenta que ayer, en la comisión de secretos oficiales, la directora del CNI, Paz Estaban, confirmó que este organismo lo había espiado con autorización judicial. "Estoy segura de que Pedro Sánchez estará encantado de reunirse con el president Aragonès", ha dicho en una entrevista a Els Matins de TV3 desde el ministerio de Economía. En este sentido, ha querido defender que desde que se conoció el espionaje masivo ha habido un contacto constante, aunque el contexto es complicado, como la reunión entre el ministro Félix Bolaños y Laura Vilagrà. Esta reunión de presidentes es algo que desde el Govern de la Generalitat se ha ido pidiendo reiteradamente: "Ahora toca mover ficha, empezando por esta reunión entre presidentes que venimos reclamando desde hace días", decía el martes a la portavoz Patrícia Plaja, mientras exigía poner fecha por|para una reunión que "no se podrá evitar". De momento, esta mañana los dos se encontrarán en la clausura de las jornadas del Cercle d'Economia en Barcelona.

 

En un comunicado después de las confesiones de la presidenta del CNI, Aragonès insistía en la importancia de desclasificar los documentos que ahora son secretos. En este sentido, Calviño ha asegurado que no es lo bastante experta ni tiene la autoridad para determinar si se tiene que producir esta desclasificación, pero que es una decisión "que se tomará cuando sea oportuno", ya que la comisión ha dado toda la información necesaria a los parlamentarios. Por otra parte, la vicepresidenta y ministra de Economía asegura que entiende "perfectamente" el hecho que Aragonès, una persona que ha sido espiada por el CNI según su propia directora, quiera saber qué motivos había detrás de este ataque, pero Calviño ha desviado la atención y ha vuelto a recordar que las "cosas han cambiado mucho" desde aquellos tiempos en que la tensión marcaba la relación entre Catalunya y el Estado: "Había una situación que por suerte hemos dejado atrás y no creo que nadie quiera volver", ha manifestado, defendiendo que las relaciones ahora se basan en el diálogo.

Un tema del pasado

En más, Calviño ha asegurado que el interés para que se aclaren los hechos no solo es de ERC y de los políticos independentistas, sino del conjunto de la sociedad, motivo por el cual ayer compareció la directora del CNI. Con todo, sin embargo, ha asegurado que es una preocupación con "relativa tranquilidad", ya que se han aplicado los protocolos previstos en democracia y los que tienen que solucionar todo el entramado son los jueces.

Esta visión tranquila que tiene la vicepresidenta del espionaje (su móvil ya ha sido revisado, pero todavía no ha obtenido los resultados), contrasta con la de ERC, uno de sus socios parlamentarios más habituales, y de Unidas Podemos, el otro partido de la coalición. Ante la posibilidad en que han ido insistiendo los republicanos en que el espionaje dinamite la legislatura, Calviño lo ha descartado: "A mí me sorprende que después de un periodo tan intenso en lo que hemos trabajado juntos y hemos sacado proyectos legislativos adelante, se plantee esta posibilidad. Hay una relación estrecha con la Generalitat, vamos mano a mano en muchos temas y me sorprende que por un tema del pasado y por una cosa que queremos aclarar y que no depende de nosotros, se rompa la confianza". Por todo ello, la ministra ha asegurado que espera poder seguir contando con el apoyo de ERC.