"La política hace extraños compañeros de cama", decía una fuente del gobierno en los pasillos de la Moncloa sobre la ofensiva llevada a cabo por Albert Rivera de aliarse con Unidos Podemos (UP) para satisfacer las medidas del pacto anticorrupción suscrito con el Partido Popular. La formación popular ha ido alargando algunas medidas sin plazo fijo, lo que ha comportado que la formación naranja dé este capítulo del acuerdo de investidura por roto, y sólo se limitará a negociar en adelante los presupuestos. Pero Mariano Rajoy cree que la ofensiva de Cs presentará escollos.

"Sería un error político y un perjuicio electoral" para sus socios, han indicado las fuentes del ejecutivo de Rajoy consultadas, después de la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros. Hacían referencia a las "manitas" hechas entre un partido -Cs- que en la última asamblea se significó como liberal progresista para hacer frente al PP, pero que ahora quiere pactar con Podemos, y también los socialistas. Son los tres mismos grupos que no se pusieron de acuerdo para salir adelante la investidura fallida del exsecretario general del PSOE, Pedro Sánchez, ahora hace un año.

El hecho es que la regeneración es un elemento que vertebra la oposición de los populares. Hace unos días Rivera presentó una proposición para impulsar una comisión de investigación al Congreso sobre la financiación irregular en el PP, junto con el portavoz del PSOE, Antonio Hernando, y la de Unidos Podemos, Irene Montero. Era una de las seis medidas del pacto con Cs, que amenazaba con no ser llevada a cabo. Rajoy dijo en sesión de control que el pacto no detallaba si tenía que hacerse en la cámara baja o al Senado. En la cámara alta, el PP tiene mayoría absoluta, de manera que se habría asegurado el control del funcionamiento.

Eso llegaba después de que el presidente de Murcia, Pedro Antonio Sánchez, se negara a dimitir, imputado por el caso Auditorio, a pesar del pacto del PP con Cs en la autonomía. Siguen haciendo prevalecer su criterio que sólo se puede pedir una dimisión si hay apertura del juicio oral. La formación naranja ha dado un plazo para que se ponga a otro presidente popular, conforme mantiene la línea de negociación abierta con PSOE del territorio. 

El ejecutivo central, sin embargo, legitima su posición en la relación con Cs y se siente poco presionado, porque cree que no afectará a la gobernabilidad. "No sólo se tiene que hacer una comisión sobre financiación para un solo partido político, sino para todos, que entiendo que tienen el mismo objetivo y las mismas finalidades", exponía el portavoz del gobierno español, Íñigo Méndez de Vigo. "La estabilidad es importante, al final se trata de dar soluciones concretas a los problemas de los españoles", añadía sobre la posibilidad de perder la confianza.

De momento, Rivera tratará de contribuir a dirigir la estabilidad, decidido a seguir negociando los presupuestos, igual que el PNV. Fuentes del ejecutivo prevén que el proyecto se presente ante las Cortes la primera semana de abril. Rajoy, por su parte, manifiesta la voluntad de no convocar elecciones, después de las dificultades para la formación de gobierno. No obstante, la posibilidad de que Sánchez vuelva a la arena política sí que supone motivo de inquietud en la Moncloa.

Así las cosas, las citas con UP han continuado este viernes, a propuesta de Cs. Se han reunido para abordar como suprimir los aforos e impulsar la limitación de mandatos del presidente del gobierno. La primera medida pasa por una reforma de la Constitución, que Cs quiere que sea exprés, aunque la formación morada insiste en pedir un referéndum. Pero los de Rivera aseguran que eso no será "un problema" para que la reforma salga adelante. Rajoy añade que él tiene un acuerdo con Cs, pero si este tiene otro con Podemos, "lo respetará".

Ahora bien, el PP no quiere en ningún caso este referéndum y sólo si se conoce "el punto de llegada" de la reforma constitucional. Aparte, los populares creen que la limitación de mandatos también pasa por una modificación de la Carta Magna, aunque Cs cree que se puede cambiar la Ley del Gobierno.

Y en la Moncloa nadie cree que tenga que prosperar el acuerdo alternativo con Podemos. "Tienen 110 diputados, eso no es suficiente para reformar la Constitución", exponían fuentes del ejecutivo. Ya lo decía De Vigo durante la rueda de prensa. "Hacer manitas está muy bien, pero yo me pregunto si no hay que hacer más cosas".