Las amenazas de muerte se han ido sucediendo contra dirigentes del Gobierno de coalición. Primero fueron el ministro Fernando Grande-Marlaska, el exvicepresidente y candidato Pablo Iglesias y la directora de la Guardia Civil María Gámez, que recibieron cartas con balas en el interior. Este lunes fue la ministra de Industria, Reyes Maroto, quien recibió también una navaja ensangrentada, presuntamente enviada por una persona diagnosticada de esquizofrenia. En este contexto, y superado el ecuador de la campaña electoral madrileña, desde La Moncloa han querido dar respuesta: "Ninguna amenaza hará retroceder nuestra democracia". Y ha avisado al PP: no puede dar espacio al "discurso del odio". Tanto es así que ha reclamado un cordón sanitario a Vox.

Quien ha puesto voz, desde la sala de prensa de la Moncloa, ha sido la ministra portavoz María Jesús Montero, que ha querido enviar un "mensaje firme y contundente". Por este motivo ha querido dejar claro que "ninguna amenaza, ningún acto de violencia, ninguna intimidación contra responsables públicos no conseguirán debilitar las profundas convicciones democráticas que conforman este gobierno". La dirigente socialista ha subrayado la gravedad de los hechos, y en este sentido ha reclamado una "condena unánime" por parte de todo el mundo, de todos los actores políticos y sociales, "sin ningún tipo de excusa ni de matiz". Ha insistido en que hace falta "la condena de todos los demócratas".

Después también de los carteles racistas de Vox contra los menores migrantes no acompañados —que la justicia se ha negado a retirar—, la portavoz del ejecutivo central ha denunciado el "discurso del odio" y los "discursos excluyentes y totalitarios". Y ha añadido en esta línea, reprochando que algunos partidos le quiten importancia: "Los demócratas tenemos que defender nuestras ideas con la palabra, como siempre hemos hecho, porque creemos en la tolerancia, el respeto, la opinión y el contraste de ideas. Y rechazamos y denunciamos que haya quien se quiere alimentar del odio para enfangar el debate público y dar carta de naturaleza a discursos excluyentes y totalitarios que no pueden tener ninguna cabida en nuestra sociedad". Cuando "proliferan" estos discursos, también "proliferan conductas que en otros contextos no se atreven".

Dicho todo eso, Montero ha respondido a la presidenta y candidata Isabel Díaz Ayuso, que ha calificado de "circo" la exhibición de las amenazas. "El gobierno no se lo toma en broma", ha replicado. Y ha reclamado a los populares un cordón sanitario a la extrema derecha de Vox. A pesar de todo, ha lamentado que "el PP intenta justificar este no cordón porque cuenta con la ultraderecha", porque "no se quiere separar por las posibles alianzas, que pueden tener consecuencias políticas."

Finalmente, después de la polémica portada de El Mundo sobre el autor de la amenaza a Reyes Maroto, la portavoz de La Moncloa ha reclamado "no estigmatizar en materias como la salud mental".

 

Refuerzo de la seguridad

Las amenazas de muerte de los últimos días han tenido consecuencias también en el Ministerio del Interior. Según ha revelado eldiario.es, después de una evaluación de la amenaza, el departamento de Fernando Grande-Marlaska ha puesto escolta a Ángel Gabilondo, Mónica García, Rocío Monasterio y Edmundo Bal, que no tenían dispositivos de seguridad, personal. Por su parte, Isabel Díaz Ayuso y Pablo Iglesias, que sí que tenían, los han visto reforzados con motivo de la escalada.