La Mesa del Parlament ha admitido a trámite este martes la petición de Ciudadanos de celebrar una moción de censura al presidente Quim Torra. El pleno, según indica el reglamento, se tiene que hacer al cabo de cinco días hábiles de su admisión, lo que apuntaría al lunes. A pesar de eso, fuentes de Parlament han asegurado que no se descartan otras fechas, incluido el fin de semana, aunque para hacerlo se tendría que habilitar el sábado.

Varios grupos de la cámara han pedido durante la reunión de la Junta de Portavoces que no fuera durante el fin de semana, aunque Ciudadanos reclama que sea lo más pronto posible y, por lo tanto, preferirían que fuera el viernes el debate y sábado la votación, o todo sábado. La potestad de convocar el pleno, sin embargo, es del presidente Roger Torrent, que todavía no se ha pronunciado.

Sea como sea, la moción de censura nace muerta, ya que no tiene los apoyos para sacarla adelante. La CUP, necesaria para que prospere, ha anunciado que no le dará apoyo. De hecho, Ciudadanos, que ha iniciado conversas con PSC y PP, tiene de momento sólo el apoyo de los populares. Sin embargo, su celebración marcará el pistoletazo de salida de la precampaña de las elecciones generales del 10 de noviembre en Catalunya.

Si la moción de censura llega al pleno, se convertirá en la cuarta que se debate en el hemiciclo después de las de 1982 y 2001 contra Jordi Pujol y la de 2005 contra Pasqual Maragall. En 2017 la entonces líder de Cs en Catalunya Inés Arrimadas también anunció que presentaría una moción de censura contra Carles Puigdemont, aunque nunca la llegó a registrar.