La historia reciente confirma que la agitación del conflicto catalán acostumbra a pasar factura al PSC. Así fue en el momento más álgido de tensión, durante las elecciones del 21-D convocadas por Mariano Rajoy en aplicación del 155. El amplio apoyo que recogió Ciudadanos se fue desinflando en beneficio de los socialistas a medida que se avistaba luz al final del túnel del diálogo. Ahora, con la sentencia a punto de salir del horno y a las puertas de la enésima campaña electoral, el clima vuelve a caldearse. El PSOE endurece el discurso con Catalunya y arrastra al PSC. 

Durante una conferencia esta mañana en el Foro Europa, Miquel Iceta ha sido claro. ¿Hoy se dan las condiciones para aplicar el 155? No; ¿la ley de seguridad nacional? No". Ahora bien, ha añadido que "si en algún momento las cosas se salen de madre y se enredan tanto que hiciera falta, el gobierno del PSOE por obligación y por convicción así lo haría y tendría el apoyo absoluto del PSC".

Ante las informaciones que señalan discrepancias con el presidente del Gobierno en funciones sobre el exceso de mano dura y las medidas que deberían tomarse con Catalunya, el primer secretario de los socialistas catalanes ha dejado claro que "no hay contracción con el discurso de Pedro Sánchez" y que "pensar que el gobierno no hará nada si hay una ruptura de la legalidad es mentir". En este sentido ha defendido que "si se produce, el gobierno de España está obligado a contemplar y aplicar si llega el caso las medidas que permiten el retorno a la normalidad".

La exposición de Iceta ha seguido el hilo de sus últimas apariciones públicas y ha repetido punto por punto fragmentos enteros. Por ejemplo, que la sentencia se tendrá que acatar aunque no guste, que los que no estén de acuerdo tienen derecho a expresarse, que no habrá amnistía ni autodeterminación y que hablar de ello es generar falsas expectativas, que fuera de la ley no hay camino, que la única solución es el diálogo y que primero son los partidos catalanes que tienen que llegar a un consenso amplio, de dos tercios del Parlament, para después trasladar una propuesta a Madrid.

Aunque lo ha hecho con más cautela que los partidos de derecha, Iceta ha establecido un vínculo entre los discursos de Torra animando a los ciudadanos a "apretar" y las detenciones de los CDR. "Alguien lo puede malinterpretar y pueden entender que todo vale y se puede convertir en un drama", ha advertido. Preguntado directamente, ha afirmado que no cree que haya terrorismo en Catalunya, pero ha añadido que "tampoco creo que la fabricación de explosivos sea un ejercicio normal, común y deseable".

Saca pecho de la equidistancia

Iceta, que ha iniciado la carrera hacia la presidencia de la Generalitat, ha puesto en valor su "equidistancia". No se tienen que exagerar los riesgos pero tampoco tenemos que minimizarlos. El líder del PSC ha aprovechado para desacreditar el intento de Ciudadanos de tumbar al presidene Torra con una moción de censura que, dice, sólo responde a intereses electoralistas, "tiene malas encuestas y quiere promocionar a su candidata". También ha salido al paso de las críticas de Cs y PP que le acusan de irresponsable, y de ponerse al lado de Torra. Iceta les ha recordado que lunes "lo que se decide es si Lorena Roldán tiene que ser la presidenta".

El desayuno donde ha pronunciado estas palabras ha estado trufado con los máximos dirigentes del partido -desde el president Montilla a la presidenta de la Diputación de Barcelona, Núria Marín-, pero también de representantes de otras formaciones -Josep Maria Forné de JxCat, los ex convergentes Lluís Recoder o Germà Gordó, el popular Daniel Serrano o la portavoz de los comunes Susana Segovia-. También había destacados líderes sindicales y empresariales como Javier Pacheco, secretario general de la Comisión Obrera Nacional de Catalunya, Camil Ros, secretario general de la UGT de Catalunya, María Recuero, secretaria general de la Unión Sindical Obrera de Catalunya, Josep Sánchez Llibre, presidente del Foment del Treball Nacional o Isaías Táboas, presidente de RENFE, Angel Simón, presidente del grupo AGBAR.