El líder del PP en Catalunya, Enric Millo, ha recurrido este miércoles a la fábula para explicar la negativa de la CUP a retirar la enmienda a la totalidad de los presupuestos. Millo ha comparado a los anticapitalistas con un “escorpión” que dice que llevará una rana a la otra cerca del río sin picarla, pero que “por su naturaleza” lo acaba haciendo y los dos mueren ahogados.

“Si lo que quiere es estabilidad, la CUP no la dará, y tratándose de unos antisistema no se les puede criticar. La culpa no la tienen las diputadas de la CUP, la tienen ustedes”, ha remachado Millo, haciendo un llamamiento a Junts pel Sí a “no hacer como la rana” y “dejen de confiar en el escorpión”. Incluso el popular ha reivindicado que Mariano Rajoy y el PP “han sido más leales con los catalanes que el Govern, los consellers, los diputados de JxSí y la CUP”.

Este pacto entre grupos independentistas, que al menos ha estado vigente hasta ahora, ha generado, en palabras del portavoz del PP, “inestabilidad permanente” y “enfrentamiento diario”. Pero dirigiéndose al vicepresident Oriol Junqueras ha lamentado que, a pesar de que “hoy puede parece que todo está perdido, sabe que con un presupuesto prorrogado se pueden hacer muchas cosas”.

El entorno y los mantras

Cuadrar los números, para Millo, era “muy fácil”, el viento está “a favor”. “Ya le habría gustado a Mas Colell”, ha remachado, señalando que la situación del empleo es la mejor del 2010 y el crecimiento desde el 2007. Además, ha considerado que “la influencia de la Generalitat ha sido bastante pequeña, prácticamente ninguna”.

En cualquier caso, del texto del conseller de Economía ha remachado que es una repetición de “mantras independentistas”. Entre otros, ha enumerado “la excusa” del sistema de financiación, una deuda que “viene del tripartito” (donde estaba ERC), o el “presunto déficit fiscal” en el que “se hace trampa” calculando.

Con todo Millo ha querido dejar clara una cosa: estos son unos presupuestos para las estructuras de Estado y no las “estructuras sociales”. Ha criticado los 50,9 millones previstos para la Conselleria d'Exteriors y sus “embajaditas de cartón piedra”, o los 50 millones para la Agencia Tributaria, “5 veces más de lo que se destina a pobreza energética”.