El delegado del Gobierno español en Catalunya, Enric Millo, ha alertado hoy de que, si mañana Junts pel Sí (JxSí) y la CUP "imponen" la ley del referéndum y se acaban situando "fuera del Estado de derecho", el independentismo "dejará de ser un movimiento democrático". En declaraciones en Ràdio 4-RNE, Millo ha acusado al Govern de utilizar un "lenguaje perverso y absolutamente antidemocrático" contra el Estado y "amenazar con romper el sistema democrático".

En vísperas del pleno del Parlamento en el cual JxSí y la CUP prevén aprobar la ley del referéndum, que dará pie al Govern en pleno a firmar el decreto de convocatoria del 1-O, Millo ha hecho un llamamiento a "evitar que el movimiento independentista en Catalunya deje de ser un movimiento ideológico democrático".

Según Millo, "a partir de mañana, si se acaba imponiendo por la vía de los hechos consumados una ley ilegal" y se acaba convocando el referéndum, se abrirá "una nueva etapa en la historia de Catalunya en la cual el independentismo dejará de ser un movimiento democrático".

"No podrán ser interlocutores válidos"

Si los independentistas "intentan imponer leyes incluso saltándose los mecanismos de garantías democráticas" de la Generalitat, ha advertido, después del 1 de octubre los actuales miembros del Gobierno "no podrán ser interlocutores válidos" con el Estado porque "se habrán situado fuera del Estado de derecho".

Por otra parte, Millo ha saludado el anuncio del secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, que ayer explicó que el jueves que viene los socialistas registrarán al Congreso su propuesta de crear una "comisión de evaluación y modernización del Estado autonómico" que sirva para desbloquear la cuestión catalana.

Para Millo, "todas las ideas que tengan como objetivo buscar vías de salida a este conflicto son bienvenidas", ya que "sentarse a hablar sobre cómo enfocar el futuro es siempre positivo", pero se ha preguntado si las fuerzas independentistas estarían "dispuestas a sentarse a hablar" en este marco, cosa que "sería una novedad".

A pesar de pedir al Govern que "rectifique el rumbo totalmente errático y equivocado" del proceso soberanista, ha dicho no ser "demasiado optimista" porque los independentistas son "esclavos de sus declaraciones" y "cada día la dicen mayor".

No obstante, ha querido lanzar un "mensaje de tranquilidad" a los ciudadanos contrarios a la independencia y ha asegurado que el Gobierno del Estado "garantiza que la democracia no se romperá".