El fantasma de Millet se ha paseado esta mañana por el pleno del Parlament, al mismo tiempo que en la Ciutat de la Justícia los antiguos gestores del Palau abrían el grifo de acusaciones contra la antigua Convergència. "La agenda política del Govern pasa básicamente por dos compromisos: uno, no tener casos de corrupción política, y este gobierno no tiene ninguno; y dos, tomar aquellas medidas que impidan la corrupción política", ha asegurado el president, Carles Puigdemont, al ser interrogado sobre los planes del Ejecutivo en este tema.

Mientras Puigdemont respondía dentro del hemiciclo, Millet ya había señalado a CDC como receptora del dinero de las comisiones provenientes de Ferrovial.

La cupaire Anna Gabriel ha sido la primera que se ha encargado de invocar en la sesión de control al president al antiguo responsable del Palau que hizo que el "barro llegara a lo que algunos consideraban el oasis catalán". Gabriel ha reclamado al president cuál es la agenda del Govern para luchar contra la corrupción y le ha subrayado que esto no tiene "nada que ver con sentar a independentistas en el banquillo". "No queremos que se flirtee con ninguna persona que tenga cualquier relación con la corrupción y en esta Cámara hay algunas personas señaladas aunque no estén investigadas", ha advertido en referencia al exconseller Germà Gordó cuyo nombre está apareciendo en este caso.

Puigdemont ha recordado las medidas del Govern para evitar que esta lacra pueda arraigar "excesivamente aquí", pero también ha insistido en hacer un llamamiento a la presunción de inocencia. "No banalizaré el concepto presunción de inocencia. Es muy peligroso construir una sociedad en que partimos de la sospecha permanente y el infundio antes de que se juzgue un proceso", ha reclamado.

El president ha asegurado que hace falta aceptar los resultados de los procesos y las consecuencias y al mismo tiempo mejorar los medios judiciales para combatir la corrupción con muchos más juzgados y más recursos.

La líder de la oposición, Inés Arrimadas, ha dedicado su pregunta a la reforma del Reglamento de la Cámara para acusar que se quiere silenciar a la oposición, pero ha incorporado en sus reproches la falta de lucha contra la corrupción. "Porque, por cierto, hoy es el juicio del caso Palau, y hoy no le hemos visto en los tribunales. Quizás no lo cogía de paso", ha ironizado mostrando fotografías de la concentración organizada con motivo del juicio por el 9-N.

"Cuando los que van a declarar son los Bárcenas de CDC no se les ve haciendo manifestaciones en la puerta", ha reprochado al president advirtiéndole de que no podrá ocultar la corrupción tras la estelada. Arrimadas ha pronosticado a Puigdemont que lo más relevante que hará será convocar elecciones y que cuanto más tarde lo haga, más dinero hará perder a los catalanes.

Tan pronto como ha acabado la sesión de control, los grupos de la oposición han empezado a desfilar ante las cámaras en los pasillos del Parlament para exigir explicaciones al expresident Artur Mas sobre la financiación irregular del partido que lideró y al cual ha exculpado repetidamente de las acusaciones por el caso Palau. La única reacción que todavía no se ha producido es la de algún portavoz de la antigua CDC o el actual PDeCAT.