El mayor importador alemán de gas, la empresa Uniper, se está hundiendo por la fuga de inversores hasta el punto de que ha pedido ayuda al gobierno. El problema ha sido que Uniper está recibiendo muy poco gas de Rusia, a causa de la guerra de Ucrania y las restricciones. Según informa el diario económico Handelsblatt, la compañía de Düsseldorf está examinando como puede garantizar la liquidez de la empresa, y ha cancelado la previsión que tenía para el 2022 a causa de la caída de las ganancias que ha sufrido en la primera mitad del año. Las acciones del grupo MDax, que incluye esta compañía, han caído casi un 23 por ciento.

El gobierno no descarta entrar en el consejo de administración

 

El ministerio de Economía alemán, dirigido por el ecologista Robert Habeck, se ha mostrado dispuesto a ayudar a la empresa, y no descarta incluso entrar en el consejo de administración. El canciller Olaf Scholz ha confirmado en una rueda de prensa en Madrid, al final de la cumbre de la OTAN, que harán "lo que haga falta" para las empresas que se encuentren en problemas a causa del conflicto de Ucrania, y que lo analizarán caso por caso.

La crisis ha aparecido después de que Rusia ha cortado el suministro de gas a través del gasoducto North Stream1, lo que ha provocado que Uniper sólo haya recibido el 40% de los volúmenes de gas que tenía garantizados por contrato con la multinacional rusa Gazprom. Uniper además tiene problemas porque tiene que adquirir recambios en el mercado a precios significativamente más altos, también a causa de la disminución de las entregas de gas desde Rusia.

Mientras tanto, en Alemania existe una creciente preocupación por si el conflicto por el tráfico de mercancías en el enclave ruso de Kaliningrado degenera en un enfrentamiento entre la OTAN y Rusia. Lituania, el país que rodea el enclave, ha prohibido durante dos semanas el transporte terrestre de acero y de productos metálicos a Kaliningrado con el argumento de las sanciones en Rusia. Alemania habría conseguido que la Comisión Europea presione a Lituania para intentar que levante el bloqueo de Kaliningrado, pero por ahora el gobierno lituano no se ha movido. Berlín quiere conseguir una solución antes del 10 de julio, para evitar que el escenario se deteriore.

El presidente ruso, Vladímir Putin, ha utilizado el suministro de gas como un arma para desestabilizar Europa en medio del conflicto en Ucrania. Moscú advirtió que la adhesión de Finlandia a la Alianza Atlántica supondría una amenaza para Rusia y que "la siguiente expansión de la OTAN no hace que el continente sea más estable o seguro".