El exministro Màxim Huerta, que dimitió a la semana de acceder al cargo por un caso de fraude fiscal, convirtiéndose en el ministro más breve de la democracia española, ha abandonado su cuenta de Twitter.

Esta red social se convirtió, de hecho, en su principal enemigo desde que accedió al cargo, ya que la hemeroteca de su cuenta recuperaba perlas como insultos a los independentistas y comentarios cínicos sobre hacienda. Esta presión fue en aumento durante la jornada del miércoles, que empezó con las acusaciones de fraude y finalizó con su dimisión.

Ahora, dos días después de dimitir, ya no queda rastro de su paso por Twitter, de manera que parece que el exministro de Cultura lo que quiere es olvidar este breve pero primordial episodio de su vida.