Todas las quinielas señalan que el PSE pactará con el PNV al día siguiente de las elecciones vascas de este domingo y que el próximo lehendakari será el jeltzale Imanol Pradales. Hay interés en ambas partes. El PNV está dispuesto, también, a que una coalición con el PSE gobierne en minoría. No necesita pactar con nadie más que los socialistas de cara a la investidura (el sistema vasco permite no tener mayoría absoluta en esa votación), y está convencido de que, en el peor de los casos, durante la legislatura podría llegar a acuerdos con Bildu y PP. Lo que es impensable en Euskadi es que los socialistas vascos entreguen el gobierno vasco a Bildu. ¿Por qué una alianza posible en Madrid durante dos legislaturas parece prácticamente imposible en el País Vasco? La respuesta, lo hables con el vasco que lo hables, se encuentra en la lucha armada. La ciudad de Pamplona, sin embargo, indica que en esta vida todo puede cambiar.

Jonatan García, Doctor en Ciencia Política y profesor de Sociología de la UPV, asegura a este periódico que el motivo es bien fácil de entender: no es fácil olvidar que ETA mató a muchos socialistas. Y muchos de los actuales miembros de Bildu provienen de marcas políticas que, históricamente, habían justificado el uso de la violencia durante el proceso vasco de liberación nacional. El candidato de los socialistas vascos, Eneko Andueza, dejó bien claro al principio de la campaña que en ningún caso pactarían con Bildu después de las elecciones. Es algo que da seguridad a una parte del electorado vasco. Lucía, una ciudadanía de Vitoria de 35 años con quien ha conversado ElNacional.cat, asegura a este periódico que en las pasadas elecciones municipales votó al PP porque sabía que era la mejor garantía de un cordón sanitario a la izquierda abertzale.

Edurne Espilla, concejala de Bildu en el Ayuntamiento de Galdakao, un consistorio en manos de la formación de la izquierda abertzale, muestra perplejidad por el cordón sanitario que les impone el PSE. Es consciente de que el motivo es la huella de la lucha armada. Pero insiste en que "la sociedad vasca ya ha pasado página" y ha empezado a ver su partido como "una opción natural", y afirma que ETA tendría que actuar más como repelente en Madrid que en Euskadi. En cambio, el gobierno de Pedro Sánchez sí que pacta sin problemas con Bildu en el Congreso de los Diputados para mantenerse en pie en la Moncloa. Asegura que el PSE ve el partido de Arnaldo Otegi como "una amenaza" porque se está convirtiendo en la fuerza hegemónica de la izquierda vasca.

Pamplona marca el camino

Sea como sea, tanto el PSE como el PNV han manifestado su intención de reeditar el pacto actual, que ha mantenido Iñigo Urkullu como lehendakari con consejeros socialistas. El PSE, pues, no tiene por qué pactar con Bildu en Euskadi. No lo necesita. En cambio, los socialistas sí que vieron imprescindible pactar con la izquierda abertzale en Pamplona. El pasado mes de diciembre impulsaron con Bildu una moción de censura para desahuciar de este consistorio a la alcaldesa de UPN Cristina Ibarrola y entregar el poder al abertzale Joseba Asiron, que ya había sido alcalde de la capital navarra.

El caso es que la gobernabilidad se había evidenciado imposible durante los primeros meses de legislatura. Los socialistas se abstuvieron en primera instancia, dejando gobernar a UPN por haber sido la fuerza más votada. Pero durante los primeros meses había sido muy complicado llegar a pactos entre las fuerzas del consistorio. El acuerdo entre socialistas y vascos, al que se sumaron Geroa Bai y Contigo-Zurekin, sin embargo, incluía algunas cuestiones para no incomodar a los socialistas durante el resto de la legislatura, sobre todo con respecto al reconocimiento de las víctimas de la lucha armada.

ETA vuelve a salpicar la campaña

La campaña vasca de este 2024, precisamente, se ha envenenado en los últimos tres días por una respuesta que dio Pello Otxandiano, candidato de Bildu, cuando le preguntaron en la cadena SER si ETA fue una banda terrorista. No dijo que sí en ningún momento, y se refirió a la organización como "banda armada". Precisamente el PSE —y también el PP— lo han aprovechado estos últimos días para hacer sangre.

Eneko Andueza, el candidato de los socialistas ha calificado de "torpeza y cobardía" que ETA se haya introducido en la campaña a través de Bildu. Ha denunciado que la formación de Otxandiano "sigue sin mirar de cara el pasado", y ha insistido en que es imprescindible exigir a esta formación "el reconocimiento del dolor causado". Incluso el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha tenido que salir a condenar las palabras del candidato de Bildu, insistiendo en que ETA fue "una organización terrorista"; unas palabras que también ha pronunciado el primer secretario de los socialistas catalanes, Salvador Illa, en un mitin en Euskadi.