Ferran Mascarell (Sant Just Desvern, 1951) se ha convertido con su nuevo cargo de Delegat del Govern en Madrid en un usuario habitual del AVE dispuesto a observar y contrastar la realidad política del Estado y la de Catalunya. Desde su observatorio privilegiado, diagnostica que se tiene que explicar en Madrid el proceso que vive Catalunya con más precisión y sin ningún complejo y con una sintonía que hasta ahora, por razones de los equilibrios políticos entre CDC y Unió, no existía entre la delegació y el Govern.

¿Ha empezado a tener contactos ya en Madrid? Sí con gente del mundo de la política, de la sociedad, de la diplomatura. Sí. Y hay mucho interés además.

Muchas cosas de que hablar... Uno de los trabajos que se supone que tengo que hacer es hablar con mucha gente y darle una dimensión al cargo. La responsabilidad es delegat del Govern en Madrid. Por lo tanto, mi trabajo formal es exponer y explicar al conjunto de la sociedad madrileña y, como altavoz, al conjunto de la sociedad española, qué es lo que hace el Govern de Catalunya, por qué lo hace y cuál es el trasfondo de toda esta acción y actuación. Aquí hay mucho trabajo por hacer. Eso quiere decir hablar con mucha gente.

En Madrid tiene que haber más política catalana, más cultura catalana, más sociedad catalana...

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¿Cómo piensa hacer esta explicación? En Madrid tiene que haber más política catalana, más cultura catalana, más sociedad catalana... Independientemente de las conversaciones que yo pueda tener. Eso se notará con un programa de acción que se desplegará muy pronto y que permitirá que aquello que hoy por hoy es una información muy sesgada pase a ser una información, no hace falta que compartida, pero sí, como mínimo, una pizca más nítida sobre las razones de Catalunya.

¿O sea, que no se ha explicado suficientemente bien Catalunya en Madrid? Yo diría que los altavoces de la realidad de la sociedad, del relato españolista, dominan el escenario con tanta intensidad que lo que podamos estar diciendo nosotros ocupa un lugar muy secundario. Las razones del Govern para hacer lo que ha hecho y el proceso que está abierto se tienen que explicar mejor, más intensamente y con más precisión y seguramente con ninguna ambigüedad y sin ningún complejo.

Supongo que el funcionamiento de la delegació en Madrid era consecuencia de determinado equilibrio en la política catalana

La delegació hacía meses que funcionaba sin delegat. ¿Es que funcionaba muy bien o es que era prescindible el delegat? Nunca me gusta empezar una cosa poniendo en cuestión las que ha habido antes. No lo he hecho nunca y no lo haré ahora. Supongo que era la consecuencia de determinado equilibrio a la propia política catalana.

¿Cómo cambiará? Creo que es bueno que la delegació tenga un buen equipo y que además este equipo esté muy bien interconectado con mucha sintonía con el Govern de Catalunya. Porque entre otras cosas yo parto de la idea de que este proceso que tenemos acabará tarde o temprano, pero la convivencia no acabará. Seguiremos siendo vecinos. Y vecinos que nos tendremos que entender, que tendrán muchos espacios de cooperación necesarios. Es muy importante que la sociedad española entienda que lo que está sucediendo en Catalunya no es un problema de fronteras. Es un problema de poder político, de cómo administrarlo para que sea eficiente para todo el mundo. El poder político español no es eficiente para Catalunya, no lo ha sido nunca y ahora de una manera escandalosamente poco eficiente.

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¿Por lo tanto, el proceso no se entiende en Madrid o no se quiere entender o no se puede entender...? Mi conclusión es que aquellos que administran la comunicación pública en torno a Madrid, hablo de Madrid Estado, tienen un discurso muy conscientemente elaborado en torno al concepto de unidad, que quiere decir básicamente 'no me toqueis nada de como está porque aquello que está como está es lo que a mí me beneficia'.

Me ha sorprendido gratamente el grado de conocimiento de la situación catalana entre el mundo diplomático

Desde Madrid es desde donde se explica lo que está pasando en Catalunya al mundo. Buena parte de los corresponsales trabajan desde Madrid. También tendrá contactos con ellos, o con embajadores... Los tendremos y creo que, además, será especialmente importante. Los primeros contactos que he tenido han sido muy significativos. Lo que más me ha sorprendido inicialmente han sido las primeras llamadas interesadas en hablar y las primeras conversas, francamente interesantes, con un grado de conocimiento sobre la realidad catalana que me ha sorprendido gratamente...

¿Del mundo de la diplomacia? Sí.

¿Puede concretar? ...

Madrid está en pleno proceso de investidura. ¿Cuál cree que es el escenario que más le convendría en Cataluña? Todo lo que sea huir del absolutismo conceptual en el que nos hemos movido estos últimos años, mejor. Lo que no ha sido realidad siempre te genera mayor esperanza que lo que ya sabes... Pero también es verdad que en términos generales la política española está montada sobre un conjunto de conceptos que se acercan mucho entre unos partidos y otros. Yo vengo de una tradición federalista y me decepcionó profundamente cuando, después de firmar aquí determinadas cosas, después las echaron atrás en Madrid. Ahora ya hemos visto síntomas de que en la izquierda más radical, unas afirmaciones que se hicieron durante la campaña electoral, también se están diluyendo. No quiero ser ingenuo.

Parece que la propuesta mínimamente federalista de Sánchez no le acaba de convencer... Yo eso lo viví hace 10 o 12 años con unas palabras muy similares. A priori no quiero tener prejuicios, a veces las personas o los grupos humanos cambian, pero no veo ningún síntoma que tengan que hacer una propuesta nítida, no oportunista. No veo ninguno. Si está, yo creo que el conjunto de la sociedad catalana lo estudiará y al final en términos democráticos decidirá lo que tenga que decidir. Pero no tengo especial confianza, sinceramente.

Si CDC hace un planteamiento abierto y de acoger familias socialdemócratas, mucha gente podría estar ahí

Usted viene de una tradición federalista. Militaba en el PSC... Dejé la militancia en el 2007 y el carnet en enero de 2011. En aquel momento yo creía que había tres debates que no se estaban haciendo y que todavía no se han hecho, sobre el sentido de la socialdemocracia, qué significa el debate identitario y el concepto de partido. Yo sigo declarándome socialdemócrata, no me veo ubicado en ningún espacio que no sea socialdemócrata.

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¿Cree que esta tradición socialdemócrata que defiende podría tener cabida en la plataforma que impulsa el expresident, como él pretende? Depende. Lo que es evidente es que el sistema de partidos se reformará en los próximos meses. Ya está sucediendo. Lo que sí me parece claro es que el proyecto político catalán necesita desde el punto de vista de la soberanía dos planteamientos progresistas, como mínimo, uno con un cierto centrismo, y otro que tiene que ver con una izquierda más radical. Dependerá de Convergència decidir hasta dónde quiere llegar. Si son capaces de hacer un planteamiento abierto y de acoger a familias socialdemócratas, pues, sí. Hay mucha gente que creo que podrá estar ahí.

¿Ha hablado con Artur Mas de este tema? Hemos hablado. Punto.

De hecho, Usted fue uno de los fichajes sonados del primer Govern de Mas... En aquellos momentos yo ya hablaba de Estado propio. Creía que la mejor manera de llegar era construyendo una fuerza sólida en torno a lo que en aquel momento se llamaba la sociovergencia.

Entre CDC y ERC hay una legítima pugna por la hegemonía y una necesaria unidad de acción

Otros dirigentes del PSC han hecho el mismo recorrido que Usted, sólo hay que echar un vistazo al Govern... El único inconveniente que tuve yo es que fui el primero y se notó más. Hay mucha gente del PSC que está indagando de qué manera puede volver a activar su presencia en la política a partir de este espacio socialdemócrata que estoy seguro que en Catalunya le hace falta tener la forma más reforzada posible.

¿Por qué vía lo ve más posible? Siempre ha sido bastante socialdemócrata Catalunya. No hablaba de nada más que del espacio.

¿Pero por dónde cree que se concretará este espacio? Todavía no está lo bastante maduro para decir de dónde saldrá. El planteamiento del president Mas será de los importantes los próximos meses, pero habrá que ver hasta dónde quiere llegar. Eso lo tiene que decir Convergència. ERC también se esta moviendo. Es natural. Entre los dos veremos cómo acaban configurando el espacio soberanista catalán. Entre los dos hay una legítima pugna por la hegemonía. Y al mismo tiempo, una necesaria unidad de acción ante el enemigo común. Al fin y al cabo da una más que necesaria capacidad de negociación y de pacto. Es una situación muy interesante en términos políticos.

 

Fotos: Sergi Alcàzar