Como ya es habitual, el exministro de Exteriores José Manuel García-Margallo no tiene ningún problema la hora de decir las cosas tal y como las piensa y, sin pelos en la lengua, ha soltado hoy en Els matins de TV3 que "el presidente del Gobierno parece que aciertan más que yo vistos los resultados". Lo ha dicho en relación a la operación Diálogo que ha quedado sutilmente aparcada, y ha aprovechado también para mostrar algunas de sus discrepancias con Mariano Rajoy subrayando lo siguiente: "Los tiempos de los políticos no son los mismos para todos, el mío no coincide con el de Rajoy".

Él aplicaría el artículo 155 de la Constitución por 24 horas "ordenando a la Generalitat la requisa de papeletas", pero, quizás, Rajoy lo haría diferente. Según su opinión, "la mayoría independentista en el Parlamento no representa la mayoría social" y, precisamente por eso, "ha puesto" encima de la mesa que "la comunidad internacional no entendería que una norma jurídica no se active". Este apartado de la norma suprema, según Margallo, "permite una administración parcial y proporcional" de las comunidades.

El exministro de Exteriores, que ha sugerido que nadie del Gobierno irà a escuchar al presidente Carles Puigdemont en Madrid el próximo 22 de mayo porque "es un acto que no tiene cabida en la Constitución" y, además, "no ayudará a rebajar la tensión", también ha anunciado que él no irá en ningún caso. Ahora bien, en clave más amorosa, sí que ha hecho un llamamiento declarando lo siguiente: "Tenemos que querernos más y entendernos más" porque, además, ha reconocido lo siguiente: "Yo tengo un afecto enorme por Catalunya y pasión por España y no veo Catalunya fuera del Estado".

Y no sólo eso. El exministro de Exteriores también ha querido dejar claro lo siguiente: "Estamos en un momento de refundación de la Unión Europea" y que, por lo tanto, "si alguna cosa me parece evidente es que no habrá más ampliaciones hasta que no pongamos nuestra casa en orden". Momento en que ha aprovechado para volver a repetir que "si la la secesión se hace por una vía ilegal, no hay ninguna posibilidad de reconocimiento internacional".

Palo y zanahoria

"Una declaración unilateral de independencia no tendrá noción de prosperar" porque la comunidad internacional no la reconocería como Estado, "el objetivo de cualquier gobierno es hacer cumplir la ley" o "no minimizar la cuestión catalana" y pensar en clave de reforma constitucional son sólo algunos de los puntos que hoy el exministro de Exteriores ha dicho en TV3.

El discurso sigue siendo el mismo y Margallo lo tiene muy claro. Recordando que lleva desde 1972 hablando de Catalunya, y asegurando que desde entonces nunca ha dejado de hacerlo porque "el partido se juega fuera", el exministro ha insistido en lo siguiente: "España se ha ganado un prestigio internacional porque nosotros hemos acudido en auxilio de nuestros socios" y ha vuelto a desmentir que el Gobierno de Rajoy haya presionado otros países en términos económicos o de "favores" para conseguir que hable contra Catalunya, sino que tan sólo se ha limitado a "pedir a alguien que haga una pizca más de lo que se espera".

La solución para resolver el conflicto y encauzar la situación es, otra vez y siempre según su punto de vista "personal", "impedir un acto ilegal y abrir un proceso de diálogo al mismo tiempo para analizar las causas de desafección". Para conseguirlo, Margallo propone "aplicar política y política es diálogo" para, así, "ver qué nos está separando".

Su estrategia negociadora

Los principales puntos en que se centraría la estrategia negociadora del exministro serían las infraestructuras, una ley oficial de lenguas y el sistema de financiación. Estos son los elementos clave en que, a opinión de Margallo, se fundamentaría su táctica para solucionar la relación de España con Catalunya, pero también ha puesto de manifiesto que, sí o sí, este problemas políticos se tienen que resolver "políticamente", como ya reconoció el expresidente del Tribunal Constitucional Francisco Pérez de los Cobos cuando se despedía del cargo.

Mientras tanto, sin embargo, el exministro ha propuesto que el Gobierno "aplique el estado de derecho y discuta [con Catalunya] aquello que nos separa porque, de esta manera, ha asegurado, "intentamos que las aguas vuelvan a su curso antes de que haya una riada". Una reforma de la Constitución "para adaptarla a las nuevas realidades y circunstancias" sería, entre otros, una solución a los problemas.

Ahora bien, Margallo ha querido dejar claro que Catalunya ya se puede ir olvidando del pacto fiscal, porque no sólo "Catalunya nunca quiso una propuesta fiscal, en 1979 se le propuso a Pujol y la rechazó", sino que, además, ha querido dejar claro que si España se lo concediera a Catalunya, después "lo pediría Valencia, Aragón...".