Esquerra ha aumentado su crítica al gobierno de Ada Colau en el Ayuntamiento de Barcelona. A pesar de haber llegado a importantes acuerdos en los últimos tiempos, como el pacto presupuestario del 2021 o un plan de 30 millones de euros para unos ochenta proyectos, parece que la paciencia de los republicanos se está acabando. Ernest Maragall, presidente del grupo de Esquerra en el Ayuntamiento y diputado del Parlament, define a Colau como una alcaldesa "incapaz de asumir la responsabilidad de Barcelona como ciudad y capital de Catalunya" en muchos ámbitos.

Algunos de ellos, que cita a modo de ejemplo: el de la distribución energética, el barrio del Eixample, la movilidad, el liderazgo metropolitano, el Hermitage o la ampliación del aeropuerto del Prat. Los dos últimos son los temas que ahora están en boca de todo el mundo. Maragall lamenta que la alcaldesa no vaya más allá en nada: "La señora Colau está especializada en la simplificación, en la reducción de todo a una cuestión ideológica, el blanco y negro, lo público bueno y lo privado malo. No es eso, y lo hace en otras materias", ha dicho en declaraciones a Aquí Cuní de Ser Catalunya.

El Hermitage, sí con matices

Sobre el proyecto del Hermitage, Maragall lo define como una "iniciativa empresarial que radica en el pecado de origen de Colau de que esto acabe así". Invita a repasar la hemeroteca, qué proponía el Port de Barcelona en un inicio y el desbarajuste que se ha generado para no concretar nada: "Al principio era un museo, después una institución cultural y ahora un edificio para alquilar al Liceu, a ver, oiga, ¿de qué está partiendo?".

El republicano está esperanzado en que ahora la decisión no pasa sólo por Colau sino también por el Liceu y el nuevo Govern de Pere Aragonès: "Es un proyecto a la desesperada para preservar uno empresarial y legítimo". Maragall tan sólo pide redirigirlo "sin negar nada en absoluto".

El Prat, ampliación, ¿pero qué modelo?

Con respecto al Aeropuerto del Prat, la línea que plantea es similar: "¿Para qué modelo productivo queremos ampliarlo? Que lo queremos ampliar, pero tenemos que aceptar el modelo de dependencia turística y de servicios baratos?". Y nuevamente, carga contra Colau: "Lo que hace en el mejor de los casos es protestar, pero no ofrece ninguna alternativa. Todo se está complicando, el debate es positivo, pero hace falta preparar un informe global donde se tengan en cuenta todo los elementos de integridad y entonces tomar una decisión definitiva".

En este caso, la crítica también la ha extendido a los socialistas y especialmente hacia el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez: "Nos demuestra hasta qué punto este socialismo tiene muy poco que ver con lo que yo pueda recordar. Es un socialismo conservador, de estado, de establishment, de ir de la mano de las grandes empresas y ya se ha producido desde la crisis del 2008". Por eso, Maragall huye de ser "una ciudad franquicia de Madrid, de crecer al precio que sea y acabar derivando en el ala este de la Moncloa, en una especie de provincianismo".

"Las batallitas de Colau"

Por todo ello, Maragall se centra en su ámbito de actuación más inmediato, el consistorio barcelonés. Desde allí, lamenta que la alcaldesa "haya confundido gobernación con decoración, que es lo que está sucediendo". Y asegura que "ha dejado de representar una esperanza, la del cambio que había generado en un momento inicial" porque "progresivamente se ha ido perdiendo en los detalles".

La gestión de los comunes la define como un modelo de transformación basado en "dar batallitas pero sin conseguir desarrollar un proyecto". Y vuelve a citar el caso del Eixample como una muestra de lo que quiere criticar: "Ya no se le reconoce el liderazgo, ha ido empequeñeciendo su apoyo porque se ha ido ideologizando. En el Eixample no se entiende el tráfico. Se ha desviado por calles estrechas la circulación de arterias principales, existe una discriminación donde a unos les toca la lotería y a los otros, el infierno". Y lamenta que todo parta de la manera de actuar de Colau, "desde la razón absoluta de quien está en el poder".

Fotografía de portada: imagen de recurso de Ernest Maragall