El proyecto del Hermitage propuesto desde el Port de Barcelona se mantiene a pesar de la negativa del gobierno de Ada Colau. Sus promotores han asegurado que todavía piensan sacarlo adelante dado que "se ha desarrollado en estricto cumplimiento a la ley".

Así lo ha explicado el mismo Museo Hermitage Barcelona en un comunicado, donde también insisten en que "se han superado todos los trámites, especialmente el de pública concurrencia" así como que el proyecto "se ajusta a todos los requisitos técnicos y urbanísticos".

En este sentido, el museo declara que seguirán trabajando con el Port y el Liceu para presentar al ayuntamiento una propuesta que se adecue al acuerdo adoptado por el consejo de la autoridad portuaria, después de que ayer el gobierno municipal de la capital catalana rechazara el convenio para su instalación en el recinto portuario.

Cuentan con el apoyo de "la mayoría de los concejales"

En el texto, se señala que se efectúa esta tarea "contante con el apoyo tanto de estas dos entidades como de la sociedad civil y una parte del equipo de gobierno municipal, como también de la mayoría de los concejales del Ayuntamiento, con voluntad de generar los máximos consensos posibles y siempre dentro del margen del proceso administrativo que hace años que se está tramitando".

También se advierte, sin embargo, que ejercerá este trabajo de adecuación del proyecto "sin renunciar a ejercer aquellas acciones que así fueran necesarias en defensa de nuestros derechos y legítimos intereses".

El PSC se abstuvo

El gobierno municipal de Barcelona rechazó ayer el convenio con el Port de Barcelona para el proyecto de museo del Hermitage aunque el PSC se desmarcó de Barcelona en Comú y se abstuvo en la votación en la Comissió de Govern.

La teniente de alcalde de Urbanismo de lo Ayuntamiento de Barcelona, Janet Sanz (de Barcelona en Comú) y la teniente de alcalde socialista de Agenda 2030, Laia Bonet, comparecieron por separado ante los medios para explicar la decisión y las discrepancias de los socios de gobierno.

Sanz aseguró que con esta decisión el Ayuntamiento se protege mejor en el ámbito jurídico y administrativo, mientras que Bonet sostuvo que, con esta, se corre el riesgo de que se retiren promotores y de judicializar el tema.

Sanz insistió en que la decisión se tomó por obligación porque el Port se precipitó al aprobar esta semana la concesión en el museo, condicionada a un convenio cultural con el ayuntamiento, de construir el edificio central a la nueva bocana para el proyecto de franquicia cultural del Hermitage "viejo", sin las modificaciones que se están negociando con la incorporación de Liceu y otros actores.

El gobierno de Colau apuesta por "un proyecto nuevo"

En su comparecencia, la teniente de alcalde de Urbanismo aseguró que con la decisión de desestimar el convenio, lo que se hace es "cerrar una carpeta administrativa del proyecto solo del Hermitage" y "abrir una nueva etapa para un proyecto nuevo y que pueda incorporar el resto de elementos importantes", en el que los socios de gobierno están de acuerdo.

Puso especial énfasis en el hecho de que "hay que ir a un proyecto nuevo, donde el Liceu tenga un papel importante", y para eso hace falta más espacio porque hace falta "un edificio mayor" de qué cabe en la parcela prevista.

Por parte de los socialistas, Laia Bonet consideró considerado que tanto el Port como el Ayuntamiento de Barcelona se han precipitado en las decisiones que han tomado esta semana y que se tenía que haber esperado a tener el nuevo proyecto Hermitage-Liceu recién dibujado.

 

Imagen principal, proyecto Hermitage Barcelona / EFE