Si se mira con perspectiva, es fácil comprobar como el mapa de los acuerdos postelectorales de Catalunya tras las elecciones del 26-M no responde a los mismos patrones. Los principios y valores por los cuales se justifican vetos y pactos no resisten cuando cruzan la frontera del municipio donde se defienden. A las puertas de los plenos de constitución e investidura de los más de 900 ayuntamientos catalanes, el primer titular obligado es que Ada Colau retendrá, salvo una sorpresa mayúscula, la alcaldía de Barcelona. Pero si nos fijamos en las capitales de provincia, también es noticia que ERC desahucia al PSC de dos de sus feudos, Tarragona y Lleida. Y si Girona sigue en manos de Junts per Catalunya, será por los pelos.

Barcelona: Valls impide el desahucio de Colau

Las bases de Barcelona en Comú han decidido empujar a Ada Colau a la reelección, asumiendo que hacerlo implica contar con los votos de la plataforma de Manuel Valls. Es el resultado de la consulta interna del partido, donde la opción de un gobierno de los comunes con el PSC comandado por Colau como alcaldesa se ha impuesto holgadamente con un 71,4%. De esta manera, Colau queda en manos del ex primer ministro francés, que hace dos semanas anunció que regalaba sus votos a la actual alcaldesa en funciones. Veremos si cumple su palabra. Que rompa su compromiso público es la única esperanza de Ernest Maragall para convertirse en alcalde y no pasar a la historia como el primer candidato que gana las elecciones de Barcelona pero no consigue ser investido.

Tarragona: aquí sí, alianza ERC-comunes

Lo que ha sido imposible en Barcelona, se ha podido materializar en Tarragona, que los comunes entreguen la alcaldía a ERC. Los dos partidos formarán un gobierno de coalición con Pau Ricomà al frente. Junts per Tarragona y la CUP votarán a favor pero no se incorporarán al ejecutivo municipal.

Como consecuencia de esta alianza, el PSC perderá una de sus alcaldías históricas, que ostentaba desde hacía 12 años Josep Fèlix Ballesteros. Los pactos del anterior mandato, durante el cual han gobernado con el PP y Unió, les han pasado factura a los socialistas, que a pesar de vencer, han tenido los peores resultados de la historia en Tarragona. Como en Barcelona, la llave la han tenido las bases de los comunes en una consulta. Aquí sí que han escogido a ERC. Está claro que la diferencia es que, con sólo dos concejales, no podían aspirar a la alcaldía. O se la daban a los republicanos, o a los socialistas.

Lleida: ERC, JxCat y comunes apartan al PSC

Otra operación fallida en Barcelona que en cambio sí que ha sido factible en Lleida es la de sumar en la misma ecuación a JxCat y los comunes. ERC ha negociado a ambos lados y ha conseguido sellar con las dos formaciones un acuerdo de investidura para que Miquel Pueyo pueda ser alcalde.

Pero no sólo eso, esta alianza que por ahora se limita sólo a garantizarle el apoyo para ser proclamado nuevo alcalde de la Paeria podría evolucionar hacia un pacto de gobierno. El que parece más avanzado es con Junts per Lleida, pero no es descartable que puedan añadirse también los comunes. ERC ganó las elecciones en Lleida por primera vez en cuarenta años, enterrando definitivamente la era socialista, capitaneada durante décadas por Àngel Ros.

Girona: el tripartito independentista imposible

Girona es el feudo de Puigdemont. Su partido, Junts per Girona, ha vuelto a ganar las elecciones, pero ha perdido peso. Marta Madrenas no tiene la mayoría, pero a pesar de eso, todo apunta a que retendrá la alcaldía porque en principio no hay ninguna suma alternativa.

Desde ERC han intentado parir un gobierno tripartito independentista, con JxCat y Guanyem Girona (que encabeza el cupaire Lluc Salellas). Pero a ambos lados el acuerdo ha sido imposible. El líder de la CUP ha decidido presentarse a la investidura contra Madrenas, poniendo a ERC contra las cuerdas. Los republicanos, eso sí, se han opuesto a hacer un pacto alternativo para desbancar a Madrenas con Guanyem y el PSC, que se lo habían ofrecido.

El cinturón más rojo, la resurrección socialista

El PSC ha conseguido amortiguar el golpe que supone perder dos plazas primordiales como Lleida y Tarragona con la recuperación del mítico cinturón rojo metropolitano. En la segunda y tercera ciudad más grandes del país, sus dos referentes, Núria Marín y Núria Parlon, han mejorado resultados, haciéndose con la mayoría absoluta e indiscutible. Seguirán como alcaldesas, ahora todavía con más fuerza. Son, de hecho, de las alcaldesas más votadas de toda España.

Otra de las grandes ciudades que han conseguido reconquistar los socialistas es Sabadell. Volverán a tener la alcaldía después de cuatro años gracias a un acuerdo con los comunes. El PSC conservará también la capital del Maresme, Mataró, donde han doblado el número de concejales. Conclusión: a pesar de haber pinchado en Tarragona y Lleida, los socialistas catalanes gobernarán en cuatro de las diez ciudades más pobladas de Catalunya.

La espina es Terrassa. A raíz del apoyo del PSC a la aplicación del 155, su alcalde Jordi Ballart decidió abandonar. El partido y la alcaldía, que quedó en manos socialistas con un sustituto. Ahora, Ballart se ha presentado con una plataforma en solitario, Tot Terrassa. Y ha ganado las elecciones. Un pacto con ERC le devolverá la alcaldía, dejando fuera al PSC.

Albiol acaricia la alcaldía

Xavier García Albiol volvió a ganar las elecciones en Badalona. Cómodamente. Esta vez, sin embargo, y a diferencia de lo que pasó hace cuatro años, tiene la alcaldía al alcance. El resto de partidos de la oposición están siendo incapaces de llegar a un acuerdo para formar un gobierno alternativo. Guanyem Badalona y ERC optaron por hacer una candidatura unitaria, pero el experimento no sirvió para mejorar los resultados. La única opción para evitar que Albiol gobierne es que pacten con el PSC. El mismo PSC que hace un año les presentó una moción de censura para echar a Dolors Sabater. La operación parece difícil.

ERC se alía con el PSC y la CUP contra JxCat

Si bien los socios de Govern en la Generalitat habían pactado tácitamente no hacerse daño en las grandes ciudades, el pacto de no agresión no ha funcionado en uno de los bastiones históricos del mundo convergente. En Sant Cugat, donde han gobernado ininterrumpidamente durante 32 años, ERC se ha alineado con el PSC y la CUP para conseguir la alcaldía y relevar JxCat. Un golpe que no ha sentado nada bien a los de Puigdemont.

JxCat forma gobierno con PSC e independientes

Junts per Catalunya, Independientes de la Selva (ISC-IdS) y el PSC han cerrado este viernes al mediodía un acuerdo para quitar la alcaldía de Santa Coloma de Farners a Joan Martí, candidato de ERC y ganador de las elecciones municipales el pasado 26-M. Se trata de un pacto a tres que llevará a Susagna Riera (JxCat) a la alcaldía, siendo la primera mujer que ocupa este cargo en la historia del municipio.

En Vilafranca del Penedès, Junts per Vilafranca (JxCat) y el PSC gobernarán juntos una nueva legislatura, reeditando el pacto que mantienen desde el 2013. Con el acuerdo, el cabeza de lista de JxCat y actual alcalde en funciones, Pere Regull, se asegura la mayoría absoluta con 12 de los 21 concejales del pleno después de haber ganar las elecciones el pasado 26-M con sólo 7 representantes. El acuerdo con el PSC supone un portazo a ERC, con quien JxCat había mantenido conversaciones las últimas dos semanas para intentar una coalición independentista que no ha salido adelante.

JxCat también se ha aliado con el PSC en Vila-seca. La candidatura de Vila-seca Segura, una marca vinculada a JxCat, ha cerrado un acuerdo de gobierno con los socialistas y los dos concejales del PSC se sumarán a los ocho de la candidatura liderada por Pere Segura. De esta manera, el relevo de Josep Poblet tiene garantizado el apoyo de 10 de los 21 concejales del plenario para la investidura.

Ser el más votado no asegura a la alcaldía

En Tàrrega, ha sido un acuerdo de gobierno entre ERC-MES y la CUP, sumado al voto a favor del PSC a la investidura, lo que ha dejado sin alcaldía a Rosa Maria Perelló (JxCat), actual alcaldesa y cabeza de lista de la candidatura más votada. Así pues, quien tomará el relevo de la alcaldía será Alba Pijuan (ERC), que llega después de la renuncia de Óscar Amenós alegando "motivos personales".

ERC también ha conseguido la alcaldía de Vilanova i la Geltrú, aunque el partido más votado fue el PSC. Para poder crear un gobierno en minoría, los republicanos han tenido que ganarse el apoyode JxCat, la CUP y los comunes que han accedido a darle apoyo al pleno de investidura, aunque no se descartan pactos posteriores.

Escenarios abiertos

En ciudades como Blanes, la cosa todavía está abierta. El PSC votará al candidato de Blanes En comú Podem (BCP), Jordi Urgell, pero todavía faltaría un concejal más para tener la mayoría absoluta, fijada en once ediles. Por eso están a la espera de que una tercera fuerza dé apoyo a la candidatura. Se trata de una estrategia para conseguir que los cinco representantes de ERC, que es el partido que ganó las elecciones, se sumen al proyecto. Con eso, los comunes quieren resolver el triple empate en número de concejales entre las tres primeras fuerzas y construir un gobierno municipal de izquierdas, ostentando la alcaldía.

La alcaldía de Cervera también es una incógnita a estas alturas. ERC fue la fuerza más votada y tiene 4 concejales, pero está la posibilidad de que JxCat se alíe con PSC y SIF-FIC, un grupo independiente, para conseguir mayoría y hacerse con la alcaldía.