El jueves cambió todo en los equilibrios políticos de Barcelona. Según ha asegurado la cúpula estatal del PP, el jueves el coordinador general de los populares, Elías Bendodo, telefoneó al secretario de organización del PSOE, Santos Cerdán, y le ofreció el apoyo al candidato del PSC, Jaume Collboni, con la condición de que Ada Colau quedara fuera del gobierno de la ciudad. Los populares aseguran que lo hicieron por sentido de Estado. Los socialistas han salido inmediatamente a desmentir la filtración del PP. Aseguran que cuando Cerdán se dirigió a Bendodo, este le remitió a hablar directamente con el PSC.

Pero lo cierto es que este sábado Barcelona era una de las preocupaciones en Madrid. Después de dos semanas de presión del PSOE al líder de los populares, Alberto Núñez Feijóo, fuentes socialistas de la calle Ferraz admitían esta tarde que la decisión final de los populares ha sido "obligada y a regañadientes", y que "será buena para Barcelona y evitará a Feijóo un nuevo ridículo en su política de pactos postelectorales". El PSOE, con su poder municipal en el estado desemballestado tras las municipales, necesitaba atribuirse el triunfo en la capital catalana, y el PP ha aceptado el juego para evitar un gobierno independentista.

Colau acepta

Y los concejales de la hasta ahora alcaldesa, Ada Colau, han aceptado entrar en la ecuación. A las cuatro de la tarde, una hora antes de empezar el pleno de investidura, los comunes han anunciado que votarían al candidato del PSC pero se quedarían en la oposición. Justo la exigencia del PP, con lo cual han dejado pista libre para que los cuatro concejales de Daniel Sirera votaran a Collboni.

Todo con hermetismo absoluto. Tanto que hasta primera hora de la tarde todo el mundo daba por hecha la investidura del candidato de Junts, Xavier Trias, después de cerrar el acuerdo con el cabeza de lista de ERC, Ernest Maragall. Tan inesperado, que incluso el concejal que actuaba como presidente de la mesa de edad, el socialista Albert Batlle, al proclamar los resultados ha leído el texto que tenía preparado para explicar que ningún candidato había conseguido la mayoría absoluta y tocaba investir al más votado. "En la medida en que ningún candidato...", ha empezado a leer antes de darse cuenta y volver a empezar para proclamar a Jaume Collboni alcalde de la ciudad de Barcelona. Cuando la votación ha confirmado que los regidores del PSC, los comunes y el PP han dado su voto en Collboni, las protestas han estallado dentro del Saló de Cent.

Sirera i Colau

En el turno posterior, el popular Daniel Sirera ha explicado que había cumplido con la palabra dada durante su campaña donde había asegurado que "no haría alcalde a un separatista ni permitiría que los comunes estuvieran en el gobierno de la ciudad. "A 36 días de las elecciones generales podrán comprender que no ha sido fácil", ha admitido.

Ada Colau ha provocado las protestas de parte de la sala cuando ha asegurado que desconocía cómo acabaría la investidura y que la única certeza de que tenía es que van directos a la oposición. "No porque lo diga el PP sino porque ha sido nuestra decisión", ha asegurado. Ha explicado que su voto no es antiindependentista sino en clave de ciudad y ha revelado que ayer el PSC le propuso un pacto que incluía contar con los votos del PP, un pacto de coalición secreto, y lo rechazó.

En nombre de ERC, Ernest Maragall ha reprochado que hoy en Barcelona se vuelve a producir un espectáculo indigno, un acuerdo contra la voluntad mayoritaria y con el cual se pretende que todo vale para seguir mandando. "Yo creo en la política, en la política en mayúsculas. Decisiones como las que hoy se han tomado en esta sala son las que alejan a la ciudadanía·, ha advertido Maragall que ha avisado a Collboni que "la ciudadanía no tolerará este espectáculo".

Les da vergüenza mirarme

Pero el más contundente ha sido Xavier Trias, aunque ha admitido que "las elecciones son eso, unos ganan, unos pierden" y ha subrayado, mirando a Colau, que hay que saber perder con elegancia. El candidato, se ha deshecho en elogios a Ernest Maragall, antes de denunciar que "la operación" que se ha producido hoy es la tercera vez que ocurre. Ha explicado que el 2014 "personas muy importantes del gobierno central" intentaron destruirlo y que otros, en referencia a Colau, lo utilizaron contra él y consiguieron ganar; ha añadido que en el 2019 utilizaron a Valls contra Maragall - "Valls, que no es un invento de Colau, es un invento de Collboni, que intentó de todas todas, haciendo un juego de magia como hoy, sacarle la alcaldía que se merecía", ha añadido; y ha reprochado que hoy el acuerdo entre PSC y PP con la participación de los comunes, hacen "un mal favor a la ciudad y al país, y vuelven a hacer lo mismo, con las mismas excusas" y con mentiras.

"Aquí hay un problema de fondo muy grave, a ver si de una vez dejamos de hacer burradas y se dedican a construir país y ciudad y no a provocar situaciones difíciles que después se pagan caras", ha advertido Trias que ha acusado estas formaciones de crear "mal ambiente, un ambiente de enfrentamiento y una situación difícil."

El cabeza de lista de Junts, que no ha escondido la irritación por como se ha producido todo, ha asegurado que lo decía con la tranquilidad que él ya anuncio que se marcharía si no era alcalde. "Me iré a casa que os bomben en todos. Allí ustedes. Hacen las cosas mal hechas y se equivocan absolutamente. Se equivocan tanto que desde que he llegado aquí no se atreven casi a mirarme a la cara. Les da vergüenza", ha remachado.

Collboni ha cerrado el pleno asegurando que ahora la responsabilidad es suya como nuevo alcalde y la ejercerá "con plena conciencia de los apoyos que lo han hecho posible". A continuación, los nuevos concejales han protagonizado con caras de circunstancias la fotografía oficial del nuevo consistorio.